Un clima de inquietud se respira en el barrio Los Pinares tras la aparición de un pasacalles con un mensaje contundente: “El que robe en este barrio, que banque las consecuencias”, firmado por “La banda”. Este hecho pone de manifiesto la creciente preocupación de los vecinos ante la ola de inseguridad que azota la zona.
Según testimonios de residentes, la situación se ha vuelto insostenible en las últimas semanas. “Lamentablemente, como está ocurriendo también en otros barrios de la ciudad, se están viviendo situaciones delicadas de robo, lo cual amenaza a la población y alerta a los vecinos”, declaró una vecina a este medio, reflejando el sentir generalizado.
Si bien la autoría del mensaje es aún un misterio, se barajan diversas hipótesis. Algunos creen que se trata de una iniciativa vecinal para disuadir a los delincuentes, una suerte de advertencia comunitaria ante la falta de respuestas efectivas. Otros, sin embargo, no descartan que detrás del pasacalles se encuentre un grupo de personas dispuestas a tomar la justicia por su mano y enfrentar directamente a quienes cometan delitos en la zona.
“Esto está destinado a personas que no tienen valores ni miedo”, expresó la vecina, subrayando la desesperación y la sensación de vulnerabilidad que se vive en las calles. La gravedad de la situación trasciende las fronteras de Los Pinares, con incidentes delictivos que se replican en otros puntos de la ciudad. La vecina relató haber presenciado cómo un grupo de individuos vandalizaba un automóvil en pleno centro, evidenciando la impunidad con la que actúan los delincuentes.
La tensión se agudizó aún más cuando, en medio de la entrevista, la vecina recibió un video que mostraba el robo de una bicicleta a un hombre que esperaba para ingresar a un predio deportivo. El incidente, ocurrido a plena luz del día, refuerza la percepción de inseguridad y la necesidad urgente de medidas que garanticen la protección de los ciudadanos.
El pasacalles amenazante en Los Pinares es un síntoma de la exasperación vecinal ante la creciente inseguridad y la sensación de abandono por parte de las autoridades. El mensaje, más allá de su tono intimidatorio, refleja un grito desesperado por recuperar la tranquilidad y la seguridad en el barrio.