Alguna vez aclamado como el “Messi mexicano”, Giovani dos Santos, un excompañero de Lionel Messi en las filas juveniles del FC Barcelona, ha trazado un camino poco convencional tras colgar las botas. Su historia, marcada por destellos de brillantez y expectativas no cumplidas en el campo, lo ha llevado a una nueva y próspera vida como empresario.
El ascenso de Dos Santos fue meteórico. Con apenas 12 años, su talento lo catapultó a La Masía, la prestigiosa academia del FC Barcelona. Debutó con el primer equipo a los 18, mostrando una habilidad que inevitablemente generó comparaciones con el astro argentino. Sin embargo, la consolidación nunca llegó, y su carrera lo llevó por diversos clubes europeos, incluyendo el Tottenham, Ipswich Town, Galatasaray y Racing de Santander.
Su etapa más destacada fue en el Villarreal, entre 2013 y 2015, donde demostró su valía con goles y asistencias cruciales. Posteriormente, se aventuró en la MLS, jugando para el LA Galaxy, antes de regresar al fútbol mexicano con el Club América. En 2021, a los 32 años, anunció su retiro, dejando atrás una carrera que, si bien no alcanzó las cimas esperadas, estuvo llena de momentos memorables.
Pero la historia de Giovani no termina en el césped. Tras su retiro, sorprendió al mundo al reinventarse como empresario. Se asoció con PEMEX, la gigante petrolera estatal mexicana, y también invirtió en Procura, una empresa química nacional. Estas decisiones estratégicas le han valido ingresos anuales estimados entre 300,000 y 500,000 dólares, asegurando su estabilidad financiera y una nueva forma de éxito.
La trayectoria de Dos Santos es un recordatorio de lo implacable que puede ser el mundo del fútbol profesional. La presión, las expectativas y las decisiones personales pueden influir en el destino de incluso los talentos más prometedores. Sin embargo, la capacidad de reinventarse y encontrar un nuevo camino es un testimonio de su resiliencia.
Mientras Lionel Messi continúa dejando su huella en el fútbol mundial, Giovani dos Santos disfruta de una vida más tranquila, alejada de los reflectores. Ya no es el “Messi mexicano”, pero ha encontrado su lugar como un empresario exitoso. Su historia es un ejemplo de cómo la vida puede tomar rumbos inesperados, y cómo el éxito puede encontrarse en lugares donde menos lo esperamos.