La historia entrelaza un acorazado nazi, un astuto alemán apellidado Thiessen, y el emblemático Casino Central de Mar del Plata. Todo comienza con el destino trágico del Graf Spee, un buque de guerra alemán que, tras la Batalla del Río de la Plata en 1939, fue hundido por su propio capitán para evitar su captura.
Algunos de los marineros del Graf Spee buscaron refugio en Argentina, entre ellos, un hombre llamado Karl Thiessen. Coincidentemente, 1939 fue también el año en que se inauguró el fastuoso Casino Central de Mar del Plata. Sin embargo, la leyenda de Thiessen en el casino no comenzaría hasta una tarde de enero de 1950.
Thiessen, acompañado por su cuñado Hermann Bieger, también ex miembro de la tripulación del Graf Spee, no era un jugador común. Observador y metódico, dedicó tiempo a estudiar las ruletas, analizando cada giro y cada número. Intrigado por la aparente aleatoriedad del juego, buscaba patrones ocultos que pudieran darle una ventaja.
Su atención se centró en un peluquero local, Pascual Bartolucci, quien apostaba sistemáticamente a un grupo específico de números alrededor del número cinco. Thiessen comprendió que Bartolucci creía en desniveles sutiles en los cilindros de las ruletas, imperfecciones que favorecían ciertos números. La idea germinó: las ruletas no eran perfectas, y la observación cuidadosa podía revelar sus secretos.
El Plan de Thiessen
Thiessen elaboró un plan. Identificó la ruleta con el cilindro más desequilibrado y, con la ayuda de un equipo, analizó miles de jugadas para determinar los números más favorecidos. Se rumorea que utilizaban una pequeña cámara oculta para registrar los resultados, una herramienta digna de espías.
Además, notó que el cansancio de los crupieres afectaba el impulso de la bola. Con menos fuerza, la bola era más propensa a detenerse en las zonas desequilibradas del cilindro.
Thiessen reclutó más colaboradores para maximizar sus ganancias. Cada miembro del equipo apostaba a un conjunto específico de números. Los primeros días fueron un éxito, con ganancias significativas. Sin embargo, la discreción era crucial. Los rumores de una banda de alemanes dominando la ruleta comenzaron a circular por Mar del Plata.
La Caída y la Desaparición
La administración del casino, alertada por las pérdidas, inició una investigación. Sospechaban de la complicidad de algún empleado, pero no podían identificar a Thiessen. La situación se complicó cuando otros jugadores comenzaron a imitar las apuestas del grupo, buscando replicar su éxito.
En una noche fría de 1951, la policía irrumpió en el casino. Varios jugadores fueron arrestados, acusados de alterar el orden y formar asociaciones ilícitas. El Estado intervino y prohibió a los grupos de apostadores alemanes el ingreso a cualquier casino del país.
Thiessen y Bieger lograron escapar, desvaneciéndose sin dejar rastro. Algunos dicen que huyeron al sur, otros que regresaron a Alemania. El Casino de Mar del Plata cambió sus procedimientos, desmontando y reordenando las ruletas cada noche para evitar que alguien más encontrara la ‘grieta’ en el azar.
El Mito Persiste
La verdadera identidad de Thiessen nunca se confirmó. Quizás fue una invención, una leyenda nacida entre las luces del casino y el sonido de la ruleta. Pero cada vez que alguien apuesta a los números alrededor del cinco y gana, la pregunta persiste: ¿alguien ha redescubierto el secreto de Thiessen?