En un giro inesperado dentro de la investigación del robo perpetrado en una vivienda de Playa Dorada el pasado diciembre, los tres individuos detenidos en relación con el caso se han negado a prestar declaración ante las autoridades judiciales. Los acusados, que incluyen a dos albañiles que trabajaban en la propiedad asaltada, fueron posteriormente trasladados de vuelta a la Unidad Penal N°44 de Batán.
Fuentes judiciales han confirmado que los tres imputados contaron con el asesoramiento de la Defensa Oficial, aunque destacaron un detalle peculiar: cada uno fue asistido por defensores distintos. Esta situación sugiere la posible existencia de conflictos de intereses entre los acusados, lo que habría motivado la asignación de diferentes representantes legales.
La investigación, liderada por el fiscal Ramiro Anchou y el ayudante fiscal Diego Benedetti, apunta a que los dos albañiles, de 25 y 54 años, habrían proporcionado información crucial a los delincuentes que irrumpieron en la vivienda. Según la hipótesis fiscal, estos trabajadores no solo facilitaron el acceso a la propiedad, sino que también permitieron que los asaltantes redujeran a la dueña de casa y la agredieran, simulando así una aparente resistencia durante el robo.
Las pesquisas, llevadas a cabo por la DDI en colaboración con la Unidad Investigativa de Mar Chiquita, incluyeron el análisis exhaustivo de numerosas cámaras de seguridad, algunas ubicadas en las rutas 2 y 11. Este trabajo permitió identificar la patente del vehículo utilizado por los delincuentes en su huida.
El vehículo en cuestión fue localizado en la ciudad de San Miguel, y su propietaria alegó desconocer el incidente, informando que lo había alquilado a un individuo para su uso como transporte a través de la aplicación Didi. El automóvil fue confiscado, y el conductor que lo utilizaba en la fecha del robo fue detenido en José C. Paz. En su poder se encontraron algunas zapatillas sustraídas durante el asalto, así como un teléfono celular que resultó ser una pieza clave para el avance de la investigación.
El análisis del teléfono del sospechoso, un hombre de 45 años imputado por el delito de robo doblemente agravado, reveló que entre sus contactos figuraban los dos albañiles que realizaban trabajos de refacción en la casa asaltada. Las autoridades sospechan que estos individuos, al momento del ingreso de los delincuentes, simularon haber sido golpeados para desviar la atención de su presunta participación en el delito.
Con la autorización judicial correspondiente, se allanaron dos domicilios en Santa Clara del Mar, donde fueron aprehendidos los dos albañiles, acusados como partícipes primarios del robo agravado por haberse cometido en poblado y en banda, y por el uso de un arma de fuego cuya capacidad para disparar no ha sido confirmada.
Durante uno de los allanamientos, otras dos personas fueron detenidas al encontrarse en posesión de una cantidad considerable de marihuana, lo que derivó en la apertura de una nueva causa por infracción a la ley de drogas.