Confianza Traicionada: Cuidacoches Roba Bicicleta en Pleno Centro de Mar del Plata

En un giro inesperado de los acontecimientos, la confianza depositada en un cuidacoches de la zona céntrica de Mar del Plata se vio abruptamente rota. El individuo, quien durante meses había forjado una relación de aparente honestidad con los vecinos, aprovechó un momento de vulnerabilidad para cometer un robo que ha dejado a la comunidad consternada.

El incidente tuvo lugar en un policonsultorio del IOMA, situado estratégicamente en la calle Jujuy, entre Rivadavia y Belgrano, una zona de considerable afluencia de personas. El modus operandi del ladrón fue tan simple como descarado: ingresó al consultorio con la excusa de pedir agua, un gesto que, hasta ese momento, no levantaba sospechas.

Las cámaras de seguridad de la zona captaron el momento exacto en que el hombre, tras solicitar el agua, divisó una bicicleta perteneciente a una empleada del consultorio, estacionada en el pasillo. Sin dudarlo, dejó la botella que sostenía, regresó sobre sus pasos y, con agilidad, se apoderó del vehículo, huyendo a toda velocidad por la vereda. La audacia del acto radica en la aparente normalidad con la que se desenvolvió, pasando desapercibido ante los transeúntes.

El hurto no tardó en ser descubierto. Un médico del consultorio alertó a la propietaria de la bicicleta, una joven que dependía de ella para sus desplazamientos diarios al trabajo. La denuncia correspondiente fue radicada de inmediato, y los compañeros de la víctima, indignados por la situación, buscaron al padre del ladrón, también conocido en la zona por ejercer la misma labor de cuidacoches en las calles Belgrano, entre Salta y Jujuy. Al mostrarle las imágenes captadas por las cámaras, el padre manifestó que su hijo había sido detenido y se encontraba en la Comisaría Cuarta. Sin embargo, esta información no pudo ser corroborada, dejando a los vecinos con la amarga sensación de que ni el delincuente ni la bicicleta robada serían recuperados.

El impacto de este suceso trasciende la simple pérdida material. La sensación de seguridad y confianza en el barrio se ha visto gravemente erosionada. Según testimonios de vecinos, el cuidacoches gozaba de cierta reputación positiva, llegando incluso a recibir las llaves de los vehículos para lavarlos. Paradójicamente, el mismo día del robo, había recibido una bolsa con ropa donada, la cual abandonó en la calle durante su huida. Sus compañeros cuidacoches, visiblemente molestos, expresaron que su accionar los perjudica a todos.

La madre del ladrón, tras intentar defender a su hijo y constatar la evidencia irrefutable de las cámaras de seguridad, se llevó la ropa que había sido donada. Circulan rumores de que el individuo frecuenta la feria de Luro y 20 de Septiembre, pero las búsquedas realizadas en ese lugar no han dado resultados.

Este incidente sirve como un crudo recordatorio de la fragilidad de la confianza y la importancia de la vigilancia constante, incluso en los entornos que consideramos más seguros. La comunidad de Mar del Plata se enfrenta ahora al desafío de reconstruir esa confianza perdida y reforzar las medidas de seguridad para prevenir futuros actos delictivos.