En Mar del Plata, la problemática del robo de motocicletas ha alcanzado niveles preocupantes, evidenciándose en un incremento significativo de casos durante el último año. La escena se repite: repartidores organizándose para recuperar vehículos sustraídos a sus compañeros, grabaciones de cámaras de seguridad que capturan robos perpetrados en cuestión de segundos, y operativos policiales que culminan en el secuestro de motos y la apertura de investigaciones por encubrimiento. Estos incidentes, lejos de ser aislados, reflejan una tendencia al alza confirmada por las estadísticas oficiales.
Si bien el informe trimestral más reciente del Centro Municipal de Análisis Estratégico del Delito (CeMAED) apuntaba a una disminución del 10% en la sustracción de motos, esta comparación se realizaba con el último trimestre de 2024. Al analizar los mismos periodos de distintos años, la realidad es contundente: se registra un aumento del 59,5% en los robos y hurtos de motocicletas. Este incremento representa un desafío significativo para la seguridad ciudadana y exige una respuesta integral por parte de las autoridades.
Las cifras son elocuentes. Entre enero y marzo del año anterior, se denunciaron 467 robos de motos. En el mismo periodo de 2025, el número se disparó a 745, marcando la cifra más alta en la última década. Este crecimiento exponencial se ha consolidado tras un período de relativa estabilidad, con 218 incidentes registrados en el primer trimestre de 2022, que ascendieron a 387 en 2023 y a 467 en 2024.
Del total de 745 denuncias presentadas en el primer trimestre de 2025, 450 corresponden a robos, mientras que 295 se clasificaron como hurtos, manteniendo una proporción similar a la de periodos anteriores (60% robos, 40% hurtos). Un dato particularmente alarmante es que en 163 de estos incidentes (el 22%), se denunció el uso de armas de fuego. Adicionalmente, en otros 10 casos se emplearon otros tipos de armas, lo que implica un ligero aumento en comparación con el trimestre anterior. Esta escalada en la violencia durante los robos representa un grave riesgo para la integridad física de las víctimas y requiere una atención prioritaria.
Zonas Críticas y Patrones Delictivos
En cuanto a la distribución geográfica de los delitos, la comisaría Segunda se mantiene como la jurisdicción con mayor incidencia, registrando 119 denuncias. Le siguen de cerca las comisarías Cuarta (97), Quinta (77) y Tercera (75). Estas zonas concentran la mayor parte de la actividad delictiva relacionada con el robo de motos, lo que sugiere la necesidad de reforzar la presencia policial y las estrategias de prevención en estos puntos críticos.
Al analizar los robos y hurtos por área específica, se identifica que el sector delimitado por las calles Córdoba, Colón, Tucumán y Garay encabeza la lista, seguido por el comprendido entre Independencia, Rivadavia, San Luis y Falucho, y el delimitado por Independencia, Libertad, Córdoba y Luro. Estos corredores urbanos parecen ser particularmente vulnerables a este tipo de delitos, lo que exige un análisis más profundo de los factores que contribuyen a esta situación.
Días y Horarios de Mayor Incidencia
El último informe disponible revela que los lunes y jueves son los días con mayor número de robos y hurtos de motocicletas, mientras que los domingos registran la menor cantidad de incidentes. Los picos de actividad delictiva se concentran entre las 21:00 y las 23:00 horas, y entre las 19:00 y las 20:00 horas, lo que implica que el 55% de los robos ocurren entre las cuatro de la tarde y el final del día. Esta información es crucial para optimizar la distribución de los recursos policiales y diseñar estrategias de prevención más efectivas durante los horarios de mayor riesgo.
La creciente ola de robos de motos en Mar del Plata representa un desafío complejo que requiere una respuesta coordinada entre las autoridades policiales, judiciales y municipales. Es fundamental fortalecer la prevención, mejorar la investigación y aumentar la presencia policial en las zonas más afectadas. Además, es necesario implementar medidas para dificultar la comercialización de motos robadas y desarticular las redes delictivas que operan en este ámbito. Solo a través de un enfoque integral y sostenido se podrá revertir esta tendencia y garantizar la seguridad de los ciudadanos.