En un giro inesperado, un hotel ubicado en el macrocentro de Mar del Plata ha sido nuevamente clausurado por la Subsecretaría de Inspección General, apenas trece días después de su cierre inicial. La medida drástica se tomó tras descubrir que el establecimiento continuaba operando en flagrante violación de la clausura previamente impuesta.
Marcelo Cardoso, titular de la Subsecretaría de Inspección General, comunicó la noticia a través de su cuenta oficial de X, confirmando la reclausura del hotel situado en la calle Garay al 2000, entre Tucumán y Buenos Aires. La acción, según Cardoso, se debió a la persistencia del hotel en mantener su actividad a pesar de la orden de cierre.
“Parece que no entienden”, expresó Cardoso en su publicación. “Volvimos al hotel de Garay al 2000 donde seguían con la actividad violando una medida previamente impuesta. Por eso lo reclausuramos y se intimó al titular para que desaloje a las personas que se alojaban. Actuamos junto a la comisaría segunda”.
La historia de este hotel con problemas legales se remonta a principios de junio, cuando Inspección General procedió a su clausura inicial. En aquella ocasión, las autoridades detectaron una serie de irregularidades graves que comprometían la seguridad de huéspedes y personal. Entre las fallas encontradas, destacaba la ausencia de habilitación municipal, un requisito indispensable para operar legalmente. Además, el hotel carecía de disyuntor y matafuegos, elementos cruciales para la prevención y control de incendios. El cableado expuesto en diversas áreas del edificio representaba otro riesgo significativo de accidentes.
La persistencia del hotel en operar a pesar de la clausura inicial y las evidentes deficiencias en materia de seguridad demuestran un desprecio por las regulaciones y la integridad de las personas que se alojaban en el lugar. La reclausura, en este contexto, se presenta como una medida necesaria para garantizar el cumplimiento de la ley y proteger a la comunidad.
Ahora, el propietario del hotel enfrenta no solo las consecuencias legales de haber violado la clausura, sino también la responsabilidad de desalojar a los huéspedes que aún se encontraban en el establecimiento. Se espera que las autoridades competentes realicen una investigación exhaustiva para determinar el alcance de las infracciones y aplicar las sanciones correspondientes.
Este incidente sirve como un recordatorio de la importancia de que los establecimientos comerciales, especialmente aquellos que ofrecen servicios de alojamiento, cumplan con todas las normativas y regulaciones vigentes. La seguridad de los clientes y empleados debe ser una prioridad, y las autoridades tienen la obligación de velar por su cumplimiento.
La situación del hotel en Garay al 2000 sigue siendo monitoreada de cerca por la Subsecretaría de Inspección General, que se ha comprometido a garantizar que el establecimiento permanezca cerrado hasta que se subsanen todas las irregularidades y se obtenga la habilitación municipal correspondiente. El caso subraya la importancia de la supervisión y el control por parte de las autoridades para prevenir riesgos y proteger a la ciudadanía.