La búsqueda de Milagros Barrionuevo, la joven de 19 años desaparecida junto a su hijo de un año tras un viaje a Open Door, Luján, ha llegado a un desenlace inesperado. Después de días de angustiosa incertidumbre, Milagros se puso en contacto con su familia, pero no para anunciar su regreso a Mar del Plata, sino para comunicar su decisión de permanecer en Open Door.
El viernes 20 de junio, Milagros y su pequeño Neithan partieron desde la intersección de Dellepiane y Soler con destino a Open Door. El domingo, fecha prevista para su regreso, la comunicación se cortó, sumiendo a sus familiares en la desesperación. La falta de noticias generó una intensa búsqueda y movilización de allegados.
La esperanza renació este sábado cuando Milagros estableció contacto con su familia. Según relató Malena, su prima, la llamada provino del teléfono de una supuesta conocida. La situación tomó un giro aún más peculiar cuando una vecina de Open Door se comunicó con la familia para confirmar la presencia de Milagros en la localidad. La vecina añadió un detalle inquietante: Milagros se encontraba en compañía de un hombre de “procedencia dudosa”, pero, según la vecina, la joven expresaba su deseo de permanecer allí.
La familia, comprensiblemente preocupada, indagó sobre la identidad del acompañante de Milagros. “Dice que está bien y nos pidió plata. Varios vecinos la vieron y dicen que la vieron bien, pero afirman que el hombre que está con ella es un maltratador”, declaró la prima.
A pesar de las advertencias sobre el posible maltrato, Milagros insiste en que su decisión es voluntaria. La familia, que desconoce la identidad del hombre, se encuentra en una encrucijada. “Ella afirmó conocerlo en Mar del Plata pero no nos da nombres. Pero si está por voluntad propia, al ser mayor de edad, nosotros como familia no podemos hacer nada más”, lamentó la prima.
En un intento por tranquilizar a sus seres queridos, Milagros realizó una videollamada con su padre, mostrando que tanto ella como el bebé se encuentran en buen estado. Sin embargo, la incertidumbre y la preocupación persisten entre sus familiares, quienes se debaten entre el respeto a su decisión y el temor por su seguridad.
Este caso pone de manifiesto la complejidad de las relaciones personales y la dificultad de intervenir cuando un adulto toma una decisión, por más cuestionable que parezca a los ojos de los demás. La familia de Milagros se enfrenta ahora al desafío de aceptar su elección, al tiempo que permanece alerta ante cualquier señal de peligro.
La historia de Milagros Barrionuevo es un recordatorio de que, detrás de cada desaparición, hay una realidad humana compleja y a menudo dolorosa. Si bien la reaparición de Milagros alivia la angustia inicial, el camino hacia la resolución de este caso aún está lejos de ser completado.