Un escalofriante caso de violencia infantil ha conmocionado a la comunidad de Las Grutas, en la provincia de Río Negro. Un bebé de tan solo siete meses de edad fue ingresado de urgencia en el Hospital Violeta Villalobos con múltiples fracturas y hematomas, presuntamente infligidos por su propio padre. La pareja, ambos de 24 años, se encuentra detenida mientras se investigan los hechos.
Los jóvenes padres acudieron al centro de salud el pasado fin de semana, manifestando preocupación por el estado del bebé. Sin embargo, la evaluación médica reveló un cuadro alarmante que iba mucho más allá de una simple dolencia infantil. Los médicos detectaron hematomas visibles en el rostro del pequeño, así como evidentes signos de dolor al examinar su brazo izquierdo.
Ante la sospecha de una posible lesión ósea, se procedió a realizar una radiografía. Los resultados confirmaron lo peor: el bebé presentaba una fractura en la zona media del húmero izquierdo, una lesión que, dada la edad del niño, no podía explicarse por un accidente común. La fractura, combinada con los hematomas y otros signos de maltrato, activó de inmediato el protocolo de actuación para casos de violencia infantil en el hospital.
Interrogada sobre el origen de las lesiones, la madre del bebé realizó una declaración que resultó ser clave para la investigación. Según sus palabras, su pareja “no tenía paciencia” con el niño, una frase que, en el contexto de las evidentes lesiones, sugería un patrón de maltrato y agresiones físicas. Esta declaración, sumada a la evidencia médica, reforzó la sospecha de que el bebé había sido víctima de violencia doméstica.
La Policía de Río Negro tomó intervención en el caso, y un médico forense examinó al bebé, confirmando la gravedad de las agresiones. Además de la fractura en el brazo, el bebé presentaba un hematoma en la frente y otro en la mejilla derecha. Lo que resultó particularmente inquietante fueron las marcas encontradas en ambos lados del cuello, compatibles con fricción, lo que sugiere que el bebé pudo haber sido sujetado con fuerza o incluso estrangulado.
Ante la gravedad de la situación, las autoridades decidieron que el bebé quedara bajo el cuidado de uno de sus abuelos, garantizando así su seguridad y bienestar. La investigación continúa en curso para determinar el alcance de las agresiones y establecer las responsabilidades penales correspondientes. Este caso ha generado una profunda indignación en la comunidad de Las Grutas, que exige justicia para el pequeño y una investigación exhaustiva para evitar que situaciones similares se repitan en el futuro.
Este incidente sirve como un triste recordatorio de la vulnerabilidad de los niños ante la violencia doméstica y la importancia de estar atentos a las señales de alerta. Es fundamental que la sociedad en su conjunto se involucre en la protección de los menores y denuncie cualquier sospecha de maltrato infantil. La denuncia temprana puede ser la diferencia entre la vida y la muerte para un niño que sufre en silencio.