Conmemoración Atípica del 9 de Julio en Mar del Plata: Ausencia Notoria y Celebración Discreta
La ciudad de Mar del Plata vivió una jornada inusual en la conmemoración del 209° aniversario del Día de la Independencia Argentina. Lo que se esperaba como un acto oficial solemne y concurrido, terminó siendo una ceremonia discreta, marcada por la ausencia del intendente y una atmósfera poco festiva.
La celebración, inicialmente programada para llevarse a cabo en la emblemática Plaza San Martín, se vio alterada por una fina llovizna matutina. Este factor climático, si bien previsible, sirvió como catalizador para trasladar las actividades al interior de la Catedral local, un cambio que contribuyó a deslucir aún más el evento.
La ausencia más comentada fue, sin duda, la del intendente Guillermo Montenegro. La explicación oficial aludió a “compromisos previos” del mandatario. Sin embargo, trascendió que Montenegro se encontraba en Buenos Aires, participando activamente en negociaciones de último momento para consolidar un frente electoral entre el Pro y La Libertad Avanza, lo que generó suspicacias y críticas entre los presentes.
Ante la falta del discurso oficial, pieza central en este tipo de conmemoraciones, las actividades se redujeron a un sencillo izamiento de la bandera argentina en el mástil de la Plaza San Martín. Una pequeña comitiva de boy scouts, escoltada por representantes de las fuerzas armadas y algunos empleados municipales, fue la encargada de llevar a cabo este acto simbólico, que contrastó con la magnitud que suele caracterizar a las celebraciones patrias.
Posteriormente, la reducida comitiva se trasladó a la Catedral. Allí, en un ambiente más íntimo, se entonó el Himno Nacional Argentino, seguido del tradicional Tedeum, una ceremonia religiosa de acción de gracias. La presencia de funcionarios del gabinete municipal y un puñado de concejales oficialistas, entre ellos la presidenta del Concejo Deliberante, Marina Sánchez Herrero, no logró compensar la sensación general de un evento deslucido y carente del fervor patriótico esperado.
Este escenario en Mar del Plata encontró un paralelismo a nivel nacional. La suspensión del viaje del presidente Javier Milei a Tucumán, provincia históricamente ligada a la Declaración de la Independencia, dejó al país sin una conmemoración oficial centralizada. En su lugar, el presidente optó por celebrar el cierre de organismos públicos, una decisión que generó controversia y debate en la opinión pública.
En resumen, la conmemoración del 9 de Julio en Mar del Plata se caracterizó por la ausencia de figuras clave, la reducción de actividades y una atmósfera general de discreción. La falta de un discurso oficial, la escasa participación y la coincidencia con eventos políticos de relevancia nacional contribuyeron a un evento que, lejos de celebrar la Independencia Argentina con el fervor patriótico habitual, se convirtió en una jornada atípica y poco memorable.