En un giro inesperado de los acontecimientos, una médica de 42 años, víctima del robo de su valioso equipo médico, logró recuperar su electrocardiógrafo gracias a su astucia y al seguimiento en redes sociales. El incidente subraya la creciente importancia de la vigilancia digital en la lucha contra el crimen y la capacidad de las víctimas para tomar cartas en el asunto.
El desafortunado suceso tuvo lugar alrededor de las 11 de la mañana del viernes. La profesional de la salud había estacionado su vehículo, un Fiat Cronos, en la intersección de las calles Santa Fe y Azcuénaga, una zona cercana a un reconocido hospital y sus consultorios externos. Al regresar a su automóvil aproximadamente a las 15:30, descubrió con consternación que el baúl había sido forzado, a pesar de contar con un sistema de alarma y cierre centralizado.
La inspección reveló la ausencia de un maletín negro que contenía un electrocardiógrafo de 3 canales, un instrumento crucial para su práctica médica. Junto con el dispositivo, también desaparecieron los cables y las paletas de colores necesarios para su funcionamiento, así como un equipo de mate, objetos personales de la médica.
Ante la desesperación por la pérdida de su herramienta de trabajo, la médica decidió emprender una búsqueda en línea a través de plataformas de compra y venta en redes sociales. Consciente de que un electrocardiógrafo no es un artículo común, mantuvo la esperanza de encontrar alguna pista que la condujera a su recuperación.
Su persistencia dio frutos rápidamente. El mismo día del robo, la médica se topó con un anuncio en Marketplace, la sección de ofertas de Facebook, que ofrecía un electrocardiógrafo que coincidía con la descripción del suyo. La publicación despertó sus sospechas y la llevó a tomar medidas inmediatas.
Sin dudarlo, se puso en contacto con la Policía. El Gabinete Técnico Operativo de la Comisaría 2º tomó el caso con seriedad y estableció comunicación con el vendedor del electrocardiógrafo. Bajo la coordinación de los agentes, se acordó un encuentro para concretar la supuesta compra en la calle 20 de Septiembre al 3100.
En el lugar acordado, los efectivos policiales, junto con la médica, confirmaron que el objeto ofrecido era, en efecto, el electrocardiógrafo robado. La identificación se realizó gracias a la marca, el modelo y el número de serie del dispositivo, que coincidían con los registros de la víctima. Ante la evidencia irrefutable, la Policía procedió al secuestro del electrocardiógrafo y a la detención del individuo que lo ofrecía en venta.
El fiscal Carlos Russo, de la UFI nº 7, tomó intervención en el caso y dispuso notificar al hombre de 41 años la formación de una causa por el delito de Encubrimiento agravado por el ánimo de lucro. Sin embargo, no se dictaron medidas restrictivas de libertad en su contra, al menos por el momento.
Este incidente destaca la importancia de la colaboración entre las víctimas y las fuerzas de seguridad, así como el papel que pueden desempeñar las redes sociales en la prevención y resolución de delitos. La rápida acción de la médica y la eficiencia de la Policía permitieron recuperar un valioso instrumento médico y llevar al presunto responsable ante la justicia.