Lácteos Verónica: Un Gigante Tambaleante al Borde del Abismo Financiero

En el corazón de la provincia de Santa Fe, una historia de tradición y producción láctea se enfrenta a su capítulo más oscuro. Lácteos Verónica, una empresa con raíces centenarias, se encuentra al borde de la quiebra, una situación que amenaza el sustento de más de 700 familias y la continuidad de una marca emblemática.

La crisis que atraviesa Lácteos Verónica no es un simple bache en el camino, sino una tormenta perfecta de factores que han convergido para poner en jaque su viabilidad. La producción se ha desplomado, los salarios permanecen impagos, y una abultada deuda bancaria se cierne sobre la empresa como una espada de Damocles.

Un Legado Centenario en Peligro

Fundada hace más de un siglo, Lácteos Verónica ha sido un pilar fundamental en la industria láctea argentina. Su amplio catálogo de productos, que abarca desde la leche larga vida y en polvo hasta una variedad de quesos, crema, manteca y dulce de leche, ha nutrido a generaciones de argentinos. Además, la empresa ha logrado consolidar una importante presencia en el mercado internacional, exportando sus productos a diversos países, con Argelia como principal destino de su leche entera en polvo.

Entre 2020 y abril de 2025, las exportaciones de Lácteos Verónica superaron los 102 millones de dólares, un testimonio de su capacidad para competir en el exigente mercado global. Sin embargo, este éxito exportador no ha sido suficiente para blindar a la empresa de los embates de la crisis económica.

La Tormenta Perfecta: Competencia, Costos y Deudas

La competencia desleal de productos importados, que llegan al mercado con precios hasta un 40% más bajos, ha erosionado la rentabilidad de Lácteos Verónica. A esto se suma el constante aumento de los costos de producción, impulsado por la inflación y las fluctuaciones del tipo de cambio, que han afectado gravemente su capacidad para mantener precios competitivos.

La situación se ha visto agravada por una gestión financiera deficiente, que ha llevado a la empresa a acumular una deuda bancaria que supera los 9.000 millones de pesos, principalmente con entidades como Banco Nación, Banco Galicia y Santander. Esta pesada carga financiera ha estrangulado la capacidad de la empresa para invertir en mejoras y mantener su producción a niveles óptimos.

Paralización de la Producción y Reclamos Laborales

La crisis se ha manifestado de manera dramática en la paralización casi total de la producción. La planta de Lácteos Verónica, que en tiempos de bonanza procesaba hasta un millón de litros de leche diarios, hoy apenas alcanza el 20% de esa capacidad, con cerca de 200.000 litros diarios. La planta más antigua, ubicada en Clason, se encuentra prácticamente inactiva.

Los empleados, que no han cobrado los salarios completos de mayo ni el aguinaldo, y que denuncian el atraso en los aportes previsionales y sociales, han iniciado una retención de crédito laboral. Esta medida, que consiste en presentarse a trabajar pero sin realizar tareas productivas, es una forma de protesta para exigir el pago de los salarios adeudados y el cumplimiento de las obligaciones laborales.

Un Futuro Incierto

El futuro de Lácteos Verónica es incierto. La empresa se enfrenta a un desafío mayúsculo: renegociar su deuda, reducir sus costos, recuperar su capacidad productiva y restablecer la confianza de sus empleados y proveedores. Sin embargo, la falta de una dirección clara y la ausencia de soluciones concretas por parte de la empresa complican aún más la situación.

La posible quiebra de Lácteos Verónica no solo tendría un impacto devastador para los 700 empleados y sus familias, sino que también afectaría a toda la cadena productiva láctea de la región, generando un efecto dominó con consecuencias impredecibles. La historia de un gigante lácteo que se desmorona ante la mirada atónita de una comunidad que lo vio crecer.