La provincia de Santiago del Estero se encuentra conmocionada ante la revelación de un presunto caso de abuso sexual infantil de extrema gravedad. La Unidad de Delitos Contra la Integridad Sexual ha iniciado una investigación exhaustiva tras el ingreso de una niña de tan solo cuatro años al Centro Provincial de Salud Infantil (Cepsi) en circunstancias que inicialmente parecían ser un accidente, pero que rápidamente revelaron una realidad mucho más oscura.
Los hechos salieron a la luz el pasado domingo, tras la detención de la pareja, conformada por la madre y el padrastro de la menor. Inicialmente, la madre relató al personal médico de urgencias que la niña había sufrido una convulsión repentina en su domicilio, provocando su caída al suelo. Sin embargo, al ser interrogada por las autoridades, su versión cambió drásticamente. En esta ocasión, la mujer afirmó que la niña se había golpeado accidentalmente mientras disfrutaba de un chupetín.
Estas contradicciones en la declaración de la madre, sumadas a un informe médico contundente, generaron una profunda alarma. Los profesionales de la salud detectaron en la niña graves lesiones físicas, producto de múltiples golpes, así como indicios claros de abuso sexual con acceso carnal. Ante la gravedad de la situación, la Policía se puso inmediatamente en contacto con la Fiscalía, dando inicio a una investigación liderada por el Departamento de Trata de Personas y Delitos Conexos. Las primeras investigaciones apuntan a que los abusos habrían ocurrido mientras la niña se encontraba al cuidado de su padrastro.
Según trascendió, la madre habría descubierto al presunto agresor en el momento en que perpetraba el abuso. Sus gritos de auxilio alertaron a los vecinos, quienes, al constatar las heridas de la menor, no dudaron en contactar a las autoridades, lo que finalmente condujo a la hospitalización de la niña. A pesar de esta situación, la madre inicialmente se abstuvo de inculpar directamente a su pareja.
El Ministerio Público Fiscal solicitó la detención de ambos progenitores, imputándolos por los delitos de “lesiones leves y abuso sexual con acceso carnal agravado por el vínculo y la convivencia”. La pequeña, por su parte, fue puesta bajo la protección de un familiar, según lo dispuesto por la autoridad judicial competente, garantizando así su seguridad y bienestar.
Este caso ha generado una profunda indignación en la comunidad santiagueña, poniendo de manifiesto la necesidad de redoblar los esfuerzos en la protección de la infancia y en la prevención y persecución de delitos de esta naturaleza. Las autoridades han garantizado una investigación exhaustiva para esclarecer los hechos y llevar a los responsables ante la justicia.
La sociedad civil, por su parte, se ha movilizado para brindar apoyo a la víctima y a su familia, exigiendo justicia y medidas concretas para evitar que este tipo de hechos se repitan. Este caso sirve como un doloroso recordatorio de la vulnerabilidad de los niños y niñas frente a la violencia sexual, y de la importancia de estar atentos a las señales de alerta y de denunciar cualquier sospecha de abuso.