La figura de John Deacon, el bajista silencioso de Queen, se ha envuelto en un aura de misterio desde la trágica pérdida de Freddie Mercury. Acostumbrado a la vida vertiginosa de las giras mundiales, los escenarios deslumbrantes y la constante atención mediática, Deacon optó por un camino radicalmente diferente: el retiro a la vida privada, lejos del escrutinio público.
Después de su salida oficial de Queen en 1997, sus apariciones públicas se volvieron extremadamente raras. Sin embargo, un reciente acontecimiento ha roto ese silencio: Deacon se reunió con Brian May y Roger Taylor, sus antiguos compañeros de banda, para un propósito noble. El trío firmó una copia del icónico álbum ‘A Night at the Opera’ (1975), un artículo que será subastado en un evento benéfico. Los fondos recaudados se destinarán al Mercury Phoenix Trust, una organización fundada en memoria de Freddie Mercury, dedicada a la lucha contra el SIDA y la concienciación sobre esta enfermedad.
Este reencuentro, aunque breve y con un fin específico, ha reavivado el interés por la vida de Deacon. En 2018, el Daily Mail publicó una fotografía del músico en su vecindario, mostrando una imagen distante de la estrella de rock que el mundo conoció. Con el cabello más escaso y algunos kilos de más, Deacon parecía completamente integrado en la vida cotidiana junto a su esposa, Veronica Tetzlaff, con quien ha formado una numerosa familia de seis hijos.
Los vecinos del barrio describen a Deacon como un hombre reservado y poco sociable. Las entrevistas revelan una figura esquiva, alguien que prefiere mantener la distancia y evitar el contacto con el exterior. Esta actitud contrasta fuertemente con la imagen del músico carismático y talentoso que contribuyó a la creación de himnos como ‘Another One Bites the Dust’ e ‘I Want to Break Free’.
La decisión de Deacon de alejarse de la música fue una consecuencia directa de la muerte de Freddie Mercury en 1991. La pérdida de su amigo y compañero fue un golpe devastador que lo llevó a replantearse su vida y sus prioridades. Una de sus últimas apariciones públicas significativas fue en el emotivo concierto homenaje a Freddie Mercury, celebrado el 20 de abril de 1992. En ese momento, expresó su sentir con una frase contundente: ‘No tiene sentido continuar. Es imposible reemplazar a Freddie’.
Desde entonces, Deacon ha permanecido fiel a su decisión, evitando en la medida de lo posible la exposición mediática. No asistió a la ceremonia de inducción de Queen al Rock and Roll Hall of Fame, ni participó en el lanzamiento de la aclamada biopic ‘Bohemian Rhapsody’, un éxito de taquilla que revivió la pasión por la banda en todo el mundo.
La relación de Deacon con sus excompañeros también ha sido objeto de especulación. Según diversas fuentes, Deacon no mantuvo contacto con May y Taylor durante más de una década. Brian May ha declarado que la decisión de alejarse es personal y que respetan su elección. Roger Taylor, por su parte, ha confirmado la falta de comunicación entre ellos. El enigma de John Deacon persiste, un testimonio de la complejidad de la fama, la pérdida y la búsqueda de una vida tranquila lejos de los focos.