Lionel Messi, usualmente reservado y sereno, exhibió una faceta inusual de pasión y euforia tras la victoria del Inter Miami ante Atlas de México en la Leagues Cup. El partido, más que un simple debut de Rodrigo De Paul, se convirtió en un torbellino de emociones que culminó con un festejo visceral y declaraciones contundentes por parte del astro argentino.
El encuentro, disputado con intensidad desde el primer minuto, se definió en los instantes finales con un gol agónico. La tensión acumulada durante el partido explotó al sonar el silbatazo final. Messi, visiblemente eufórico, se fundió en un abrazo con Jordi Alba, compañero y amigo, celebrando la victoria con una frase que denotaba la intensidad del enfrentamiento: “Les rompimos bien el or**”.
Pero la celebración no terminó ahí. Messi, en un gesto poco común en su carrera, encaró al delantero uruguayo Matías Coccaro y le festejó el gol decisivo en la cara. Este acto, lejos de la imagen contenida que suele proyectar el capitán de la selección argentina, reveló la pasión y el deseo de victoria que ardían en su interior. Un Messi desconocido para muchos, pero quizás más auténtico que nunca.
El partido también marcó el debut de Rodrigo De Paul con la camiseta del Inter Miami. El mediocampista argentino, habitual compañero de Messi en la selección, disputó los 90 minutos, aportando su energía y calidad al equipo. Su incorporación al Inter Miami promete fortalecer aún más el mediocampo y brindar nuevas opciones tácticas al entrenador.
Más allá del debut de De Paul y la victoria en sí, lo que resonó en este partido fue la explosión emocional de Messi. Un Messi que gritó, festejó y demostró que, incluso después de innumerables triunfos y reconocimientos, la pasión por el juego y el deseo de ganar siguen intactos. Un recordatorio de que, detrás del genio futbolístico, hay un ser humano que siente, vibra y se entrega por completo a su equipo.
El gol de la victoria, obra del defensor argentino Marcelo Weigandt, selló un triunfo crucial para el Inter Miami en su búsqueda por avanzar en la Leagues Cup. La victoria, combinada con el debut de De Paul y la inusual muestra de euforia de Messi, convirtió este partido en un momento memorable para los aficionados del Inter Miami y para los seguidores del fútbol en general. Un partido que, sin duda, quedará grabado en la memoria como un ejemplo de pasión, entrega y la inagotable sed de victoria de Lionel Messi.