El Legado Imborrable de Daniel Divinsky: Editor, Pionero y Defensor de la Cultura Argentina

El mundo editorial argentino está de luto tras el fallecimiento de Daniel Divinsky, una figura clave en la difusión de la cultura y el pensamiento crítico en el país. A los 83 años, Divinsky, reconocido principalmente por ser el fundador de Ediciones de la Flor y el editor que apostó por publicar las primeras aventuras de Mafalda en formato libro, dejó una huella imborrable. Su partida se debió a complicaciones derivadas de problemas renales que lo aquejaban desde la infancia.

Aunque su formación inicial fue en el campo del derecho, ingresando a la universidad a una edad temprana, la pasión de Divinsky pronto se dirigió hacia el mundo de los libros. En 1967, dio vida a Ediciones de la Flor, un sello que, a partir de 1970 y bajo la dirección conjunta con Ana María “Kuki” Miler, se consolidaría como un referente de vanguardia y resistencia cultural en Argentina.

La figura de Divinsky estará eternamente ligada a Mafalda, la icónica niña creada por Quino. Fue él quien, en 1970, vio el potencial de estas tiras cómicas y decidió publicarlas en un libro, dando inicio a una relación profesional y personal que se extendería por décadas. Más allá de Mafalda, Ediciones de la Flor se convirtió en la casa de muchos de los humoristas gráficos más importantes del país, incluyendo a nombres como Fontanarrosa, Caloi, Liniers, Maitena y Sendra, entre otros.

La trayectoria de Divinsky no estuvo exenta de desafíos. Durante la dictadura militar argentina, sufrió la persecución y la censura. Fue detenido y, posteriormente, se vio obligado a exiliarse en Venezuela junto a su familia durante seis años. El detonante de esta situación fue la interpretación que las autoridades hicieron de la tapa del libro infantil Cinco Dedos, considerándola una apología de la subversión. En Venezuela, Divinsky continuó su labor intelectual, trabajando para la prestigiosa Biblioteca Ayacucho, bajo la dirección de Ángel Rama.

Con el retorno de la democracia en 1983, Divinsky regresó a Argentina y relanzó Ediciones de la Flor con la publicación de Los Pichiciegos, de Fogwill. A partir de ese momento, continuó su prolífica carrera como editor, periodista cultural (colaborando con medios como Página/12 y El Diario de Caracas), conferencista y dirigente de la Cámara Argentina del Libro, donde ocupó diversos cargos durante dos décadas.

En 2015, Divinsky decidió vender su participación en Ediciones de la Flor y retirarse de la actividad editorial, dejando tras de sí un legado cultural invaluable. Su visión, su compromiso con la libertad de expresión y su apuesta por el talento local lo convierten en una de las figuras más importantes de la cultura argentina del último medio siglo.

Daniel Divinsky no solo fue un editor, sino un catalizador de ideas, un defensor de la creatividad y un promotor incansable de la cultura argentina. Su nombre permanecerá grabado en la memoria de quienes valoran el poder transformador de los libros y la importancia del pensamiento crítico.