La ciudad de Córdoba se encuentra conmocionada por el caso de un adolescente de 16 años, apodado “El Orejudo”, acusado de un homicidio y cuya conducta posterior ha generado indignación y preocupación. El joven está imputado por el asesinato de un vecino, ocurrido durante un intento de robo de motocicleta. Lo que ha exacerbado aún más la situación es la reciente circulación de fotografías donde se le observa posando con armas de fuego y un chaleco antibalas aparentemente perteneciente a la policía.
Las imágenes han desatado una ola de repudio en las redes sociales y han reavivado el dolor de la familia de la víctima. La comunidad expresa su consternación ante la aparente impunidad con la que se maneja “El Orejudo”, considerando su historial delictivo y su reiterado incumplimiento de las medidas impuestas por la Justicia.
En las fotografías que circulan, se puede ver al adolescente exhibiendo tres pistolas y una escopeta de fabricación casera. Además, porta un chaleco con el escudo distintivo de la Policía de Córdoba, lo cual plantea interrogantes sobre cómo obtuvo acceso a dicho equipamiento.
El trágico incidente que llevó a la imputación de “El Orejudo” ocurrió cuando un hombre de 46 años, residente del barrio Yofre Norte, se dirigía a su trabajo. Fue interceptado por dos individuos que intentaron robarle su motocicleta. A pesar de no ofrecer resistencia, la víctima fue asesinada en el lugar.
Tras permanecer un tiempo en el Complejo Esperanza, un centro de detención para menores, “El Orejudo” fue liberado y regresó a su hogar familiar, quedando bajo la supervisión de la Secretaría de Niñez, Adolescencia y Familia (Senaf). Esta institución debía garantizar su reinserción social y prevenir la reincidencia delictiva.
Sin embargo, desde su liberación, el historial de “El Orejudo” ha estado marcado por la reiteración de actos delictivos. En un lapso de apenas un mes y medio, fue detenido en tres ocasiones distintas por diversos delitos cometidos en diferentes puntos de la ciudad de Córdoba.
Entre los incidentes que protagonizó, se encuentra un intento de robo de motocicleta a un policía, la conducción de un vehículo robado y el asalto a un vecino en la vía pública. Estos hechos, ocurridos entre el 1° de mayo y el 17 de junio, evidencian una clara falta de acatamiento a las normas y una persistente inclinación hacia la actividad delictiva.
La Justicia de menores provincial había dispuesto su restitución al seno familiar, pero con estrictas medidas restrictivas. Además de la prohibición de transitar libremente por la vía pública, se le había negado el acceso a las redes sociales. Sin embargo, estas restricciones parecen haber sido ineficaces.
Apenas tres días después de su liberación, en septiembre de 2024 y a siete meses del homicidio de Villarreal, “El Orejudo” comenzó a publicar fotografías en Facebook donde se lo veía posando con armas y motocicletas. Dos meses más tarde, repitió la misma conducta, desafiando abiertamente las prohibiciones impuestas.
Posteriormente, en enero de 2025, se tomó una fotografía frente al edificio del fuero judicial de menores de Carlos Paz, mostrando una actitud desafiante hacia las autoridades. Ahora, las recientes imágenes que circulan en las redes sociales han vuelto a ponerlo en el centro de la polémica.
El caso de “El Orejudo” plantea serias interrogantes sobre la efectividad de las medidas de reinserción social para menores infractores y la capacidad del sistema judicial para prevenir la reincidencia delictiva. La sociedad cordobesa exige respuestas y medidas contundentes para garantizar la seguridad y la justicia.