El panorama para dos de las empresas más emblemáticas del sector de electrodomésticos en Argentina, Garbarino y Compumundo, se torna cada vez más sombrío. Una reciente decisión judicial ha abierto una breve ventana de oportunidad para intentar salvar a estas compañías, pero la situación financiera crítica en la que se encuentran hace que el futuro sea incierto. Expertos del sector, bajo anonimato, describen la situación como una “agonía prolongada”, expresando dudas sobre la viabilidad de encontrar un inversor dispuesto a rescatar ambas empresas en el corto plazo.
El juez a cargo del caso ha mostrado una postura firme, especialmente en lo que respecta a Garbarino Viajes, lo que sugiere que la declaración de quiebra para Compumundo y Garbarino podría ser inminente. La apertura de un “registro de interesados” busca potenciales compradores para ambas marcas, otorgando un plazo de cinco días para que los interesados se inscriban.
La condición para participar en este registro implica el depósito de $400.000 en una cuenta judicial específica, un requisito que busca filtrar a los interesados genuinos de aquellos que simplemente buscan obtener información. Vencido este plazo, y en ausencia de ofertas concretas, se espera que la justicia declare la quiebra de Compumundo y Garbarino, siguiendo el camino de Garbarino Viajes, que ya ha sido liquidada.
En caso de que se presenten interesados, el juez designará un evaluador para analizar las propuestas y determinar el valor real de mercado de ambas empresas. Este proceso de evaluación deberá completarse en un plazo de 30 días, ofreciendo una visión clara del potencial económico de Garbarino y Compumundo.
La crisis que atraviesan estas empresas, gestionadas por Carlos Rosales desde 2020, se agudizó con la pandemia de Covid-19. El cierre de Garbarino Viajes el pasado 17 de junio marcó un punto de inflexión, evidenciando la fragilidad del grupo empresarial. El juez Fernando D’Alessandro, del Juzgado Comercial 7, decretó la quiebra de Garbarino Viajes S.A., estableciendo la necesidad de mantener la inhibición general de bienes de la empresa por tiempo indeterminado.
Esta inhibición afecta a los registros de la propiedad inmueble y automotor, así como a otros registros relevantes, buscando asegurar el resarcimiento de los acreedores. La caída de Garbarino Viajes, sumada a la situación de la financiera Fiden y la paralización de las plantas Tecnosur y Digital Fueguina, anticipa una posible cascada de quiebras en el corto plazo. El tiempo se agota, y el futuro de Garbarino y Compumundo pende de un hilo.
La situación actual de Garbarino y Compumundo no solo representa una crisis para las empresas y sus empleados, sino también un golpe para el mercado de electrodomésticos argentino. La posible desaparición de estas marcas históricas dejaría un vacío importante y generaría incertidumbre en el sector.
El desenlace de esta situación está a la vuelta de la esquina. En cuestión de días, se sabrá si existe alguna posibilidad de rescate para Garbarino y Compumundo, o si, lamentablemente, se confirma el final de una era para el comercio minorista argentino.