La tranquilidad habitual del country Grand Bell, ubicado en las afueras de La Plata, se vio abruptamente interrumpida por un incidente violento que ha generado conmoción entre sus residentes. Durante la madrugada del sábado, una disputa por ruidos molestos escaló hasta el punto de una agresión física y el uso de un arma de fuego, involucrando a un adulto y un adolescente.
Según fuentes policiales, el origen del altercado se remonta a una fiesta privada que se celebraba en una de las viviendas del barrio cerrado. Al parecer, la música y el estruendo de fuegos artificiales encendidos por los jóvenes presentes en la reunión, provocaron la ira de un vecino de 27 años. Este, identificado posteriormente como residente del mismo country, decidió tomar cartas en el asunto de una manera drástica e inesperada.
Testigos relatan que el hombre, visiblemente enfurecido, se dirigió en su camioneta Volkswagen Amarok hacia la propiedad donde se desarrollaba la fiesta. Sin mediar palabra, increpó a un joven de 15 años, presuntamente responsable de encender los artefactos pirotécnicos. La discusión rápidamente se tornó agresiva, culminando en una agresión física por parte del adulto hacia el adolescente.
Pero la situación no terminó ahí. Según la denuncia presentada por los familiares del menor, el agresor, tras el altercado físico, extrajo un arma de fuego y efectuó al menos dos disparos. Afortunadamente, ninguno de los proyectiles impactó en el adolescente, evitando así una tragedia mayor.
Tras el incidente, el padre del menor, consternado por lo sucedido, alertó a las autoridades policiales. Efectivos de la comisaría Decimocuarta de La Plata se presentaron en el lugar y procedieron a realizar un allanamiento en la vivienda del presunto agresor, ubicada también dentro del country Grand Bell.
Durante el registro, los agentes encontraron una pistola semiautomática calibre 9 milímetros Parabellum, así como una considerable cantidad de municiones: 166 cartuchos intactos del mismo calibre. Sin embargo, las autoridades confirmaron que el individuo poseía la documentación legal necesaria para la tenencia y portación del arma, lo que complica aún más la situación legal.
La investigación del caso está ahora en manos de la Unidad Funcional de Instrucción N° 7, bajo la supervisión de la fiscal Virginia Bravo. La causa ha sido caratulada, por el momento, como “amenazas agravadas”. A pesar de la gravedad de los hechos, no se han producido detenciones, y la investigación continúa su curso para esclarecer los detalles del incidente y determinar las responsabilidades penales correspondientes.
Este suceso ha generado una profunda preocupación entre los vecinos del country Grand Bell, quienes ven con inquietud cómo la seguridad y la convivencia pacífica se ven amenazadas por este tipo de episodios. El hecho se suma a otros incidentes recientes que han afectado al barrio cerrado, como una toma de tierras y un violento robo a una jubilada, aumentando la sensación de inseguridad entre sus habitantes.