El fútbol marplatense está de luto. La partida de Carlos De Los Reyes, un nombre intrínsecamente ligado al club Al Ver Verás, deja un vacío irremplazable. Durante cuatro décadas, De Los Reyes fue mucho más que un presidente; fue el alma, el motor y el protector de una institución arraigada en el corazón de su comunidad.
Para quienes conocen la historia del Al Ver Verás, la figura de Carlos De Los Reyes es omnipresente. No se concibe el club sin su liderazgo, sin su incansable dedicación. Su gestión, que se extendió por 40 años, no solo se limitó a los aspectos deportivos. De Los Reyes se involucró profundamente en la vida social del club, ofreciendo oportunidades a jóvenes de la barriada, combatiendo los desafíos que enfrentaban y construyendo un espacio de pertenencia y esperanza.
Su compromiso trascendió la mera administración. En un club con recursos limitados, De Los Reyes se convirtió en un solucionador, en un gestor incansable. Buscaba apoyos, lideraba proyectos y, cuando era necesario, no dudaba en ensuciarse las manos para mantener el club a flote. Su visión era clara: transformar un espacio abandonado en un lugar de encuentro y desarrollo para los jóvenes.
La historia del Al Ver Verás es también la historia de la tenacidad de Carlos De Los Reyes. Luchó contra la adversidad, enfrentó la indiferencia de las autoridades y lidió con los constantes robos que azotaban la Villa Deportiva. Pero nunca se rindió. Su amor por el club y su compromiso con la comunidad fueron su motor, impulsándolo a superar cada obstáculo y a mantener vivo el espíritu del “Duende”, como cariñosamente se conocía al equipo.
Carlos De Los Reyes falleció a los 78 años, dejando tras de sí un legado imborrable. Su partida representa una pérdida profunda para el fútbol marplatense y para todos aquellos que encontraron en el Al Ver Verás un hogar y una oportunidad. Sin embargo, su espíritu perdurará en cada rincón del club, en cada joven que encuentre en el deporte un camino hacia un futuro mejor. Su nombre quedará grabado para siempre en la historia del deporte local, como un símbolo de dedicación, perseverancia y amor incondicional por su comunidad.
Su vida fue un faro de luz para muchas otras vidas, y su recuerdo seguirá iluminando el camino del Al Ver Verás por muchos años más. Descanse en paz, Carlos De Los Reyes, un verdadero héroe del deporte marplatense.