La ilusión de poseer una joya automotriz de antaño se convirtió en una pesadilla para un coleccionista de Mar del Plata. Un Ford Falcon Futura de 1972, impecable y codiciado, terminó reducido a chatarra tras un desafortunado accidente en la Ruta 11, a escasos kilómetros de su nuevo hogar.
El protagonista de esta historia, un entusiasta de los autos de 45 años, había viajado desde Mar del Plata hasta Mar del Tuyú, una distancia de aproximadamente 190 kilómetros, con un único objetivo: adquirir el Falcon de sus sueños. El vehículo, un modelo Futura color verde, se encontraba en un estado excepcional, con apenas 122.000 kilómetros recorridos. La oportunidad de hacerse con esta pieza de colección, valorada en 10.000 dólares, era demasiado tentadora para dejarla pasar.
Tras concretar la compra, el coleccionista emprendió el viaje de regreso a Mar del Plata, ansioso por exhibir su nueva adquisición. Sin embargo, la fortuna no estuvo de su lado. Cerca de las cuatro de la tarde, a solo 30 kilómetros de su destino, el sueño se desvaneció en un instante. El accidente, cuyas causas aún se investigan, ocurrió en la rotonda de acceso a Mar de Cobo, en el kilómetro 487 de la Ruta 11.
Según las primeras investigaciones, el conductor habría perdido el control del vehículo al pisar una mancha de gasoil en la calzada. Sin posibilidad de maniobrar, el Falcon se despistó y se estrelló violentamente contra un poste de alumbrado público. El impacto fue devastador, concentrándose en el lado derecho del vehículo, que quedó completamente destrozado.
A pesar de la magnitud del accidente, el conductor sobrevivió de milagro. Tras el impacto, efectivos policiales y una ambulancia del CAPS de Mar de Cobo se dirigieron al lugar del siniestro. El hombre, consciente aunque visiblemente afectado, fue trasladado a la Unidad Sanitaria de Santa Clara para recibir atención médica. Afortunadamente, las lesiones sufridas no revistieron gravedad, aunque sí requirieron atención y cuidados.
La noticia del accidente se propagó rápidamente, generando preocupación entre amigos y familiares del coleccionista. Consciente de la inquietud generada, el propio protagonista utilizó sus redes sociales para transmitir un mensaje tranquilizador: “Para todos los que han llamado y se están preocupando, estamos vivos… con golpes, fracturas y cortes. Recién lo compraba, un auto que quise hace años, estoy internado en Vidal”.
El incidente sirve como un recordatorio de los peligros que acechan en las carreteras, incluso para los conductores más experimentados. La presencia de obstáculos imprevistos, como manchas de aceite o gasoil, puede desencadenar situaciones de riesgo extremo. La prudencia, la atención y el mantenimiento adecuado del vehículo son factores clave para evitar accidentes y garantizar la seguridad en la vía pública.
Más allá de las pérdidas materiales, el accidente representa un duro golpe para el coleccionista, quien vio frustrado su anhelo de poseer un Ford Falcon clásico en perfectas condiciones. La ilusión de disfrutar de este vehículo, un símbolo de una época pasada, se esfumó en cuestión de segundos. Ahora, deberá afrontar la recuperación física y emocional, mientras lamenta la pérdida de su preciada adquisición.
La historia de este coleccionista marplatense es un claro ejemplo de cómo un sueño largamente acariciado puede truncarse de manera inesperada. Sin embargo, su fortaleza y su actitud positiva frente a la adversidad son un testimonio de resiliencia y esperanza. A pesar del revés sufrido, seguramente continuará persiguiendo su pasión por los autos clásicos, con la esperanza de encontrar, en el futuro, una nueva joya que lo haga vibrar.