Caos en la Sala de Audiencias: Abogado Agrede a Colega con un Cabezazo en Pleno Juicio
Un incidente insólito y perturbador interrumpió el desarrollo del juicio por el asesinato de Juan David Anchoverri, que se llevaba a cabo en el Tribunal Oral en lo Criminal N°1. En un giro inesperado, un abogado defensor propinó un cabezazo a otro letrado durante la declaración de un testigo, sumiendo la sala en el desconcierto y la controversia.
El suceso tuvo lugar en la sala del entrepiso, cuando, en medio de la segunda audiencia, el abogado Cristian Moix agredió físicamente a Martín Bernat, impactándolo con su frente. Ambos profesionales representan a los acusados del crimen: Hernán Mateo Rothen, de 21 años, y Juan José de la Canal, de 44 años, respectivamente.
Según testigos presenciales, el ataque fue completamente inesperado. “No había ninguna discusión en curso. En un momento de la declaración, Moix se giró hacia Bernat y, cuando este pensó que iba a dirigirle la palabra, recibió un cabezazo”, relató un observador de la escena.
El desconcierto fue generalizado entre los presentes. La agresión ocurrió mientras un testigo era interrogado por el fiscal Alejandro Pellegrinelli y la abogada Luz Alonso Proto, representante del particular damnificado. La sala, presidida por los jueces Facundo Gomez Urso, Pablo Viñas y Paula Soulé, quedó momentáneamente paralizada por la sorpresa.
Ante la gravedad de la situación, el Tribunal Oral en lo Criminal N°1 determinó un cuarto intermedio en la audiencia. Tras este receso, y luego de que Moix ofreciera disculpas a Bernat, se decidió retomar el juicio. Sin embargo, las consecuencias del incidente no se limitarán a una simple disculpa.
Las autoridades judiciales han tomado cartas en el asunto. “El Tribunal informará lo sucedido a la Fiscalía General y al Colegio de Abogados”, confirmaron fuentes judiciales. Si bien no se tomarán decisiones que puedan derivar en la anulación del debate, el incidente será investigado y podrían aplicarse sanciones disciplinarias a Moix por su comportamiento.
Este episodio sin precedentes plantea serias interrogantes sobre el comportamiento y la ética profesional en el ámbito judicial. La agresión física en una sala de audiencias, un espacio que debería ser sinónimo de respeto y legalidad, genera un precedente preocupante y pone en tela de juicio la integridad del proceso judicial. La comunidad jurídica espera que se tomen las medidas necesarias para evitar que este tipo de incidentes se repitan en el futuro, garantizando así la transparencia y el decoro en la administración de justicia.