La República Argentina se encuentra consternada ante un horrendo caso de femicidio que ha sacudido a la comunidad. Marcelo Da Rosa, de 52 años, es intensamente buscado por las autoridades argentinas y brasileñas, acusado del asesinato a tiros de su exesposa, Marisa Cuña, de 47 años. La investigación policial se centra en dar con el paradero del presunto asesino, mientras que la familia de la víctima ha revelado detalles escalofriantes sobre los momentos posteriores al crimen.
Según testimonios de la familia, el hijo mayor de la pareja se encontró con una escena dantesca: el cuerpo sin vida de su madre dentro de una bolsa negra. En un acto desesperado, el joven buscó la ayuda de su padre, quien, con una frialdad escalofriante, confesó ser el autor del crimen. Las palabras exactas que Da Rosa dirigió a su hijo, según relata Rafaela, hermana de la víctima, fueron: “Es tu mamá. Yo la maté, le di dos tiros”.
La pareja, según se ha informado, ya se había separado legalmente y habían completado la división de bienes. La hermana de Marisa tenía previsto mudarse al día siguiente del crimen. Rafaela también reveló que la víctima había sido amenazada en repetidas ocasiones por su exesposo. “Siempre le dijimos que hiciera la denuncia, porque cada vez que quería separarse, él la amenazaba”, declaró Rafaela, evidenciando un patrón de violencia preexistente.
El día del asesinato, Marisa tenía planes de llevar a uno de sus hijos al colegio y luego asistir al gimnasio. La trágica escena fue descubierta cuando el sobrino de Rafaela subió al tercer piso de la vivienda y encontró a la mascota de la familia dentro de la casa. Al bajar con el animal, se topó con el horror que marcaría su vida para siempre.
Desde el descubrimiento del crimen, Marcelo Da Rosa se encuentra prófugo de la justicia. La última vez que se le vio fue alrededor de las 14:40 del jueves, cuando cargó combustible en una estación de servicio en la salida hacia El Soberbio, para luego tomar la ruta provincial 13. Esta pista ha intensificado la búsqueda en la zona y ha levantado la sospecha de que el feminicida podría haber huido hacia Brasil.
A pesar de la hipótesis de la fuga a Brasil, familiares de Da Rosa que residen en Teniente Portela han contactado a Rafaela para asegurar que no han tenido contacto con él y que lamentan profundamente la muerte de Marisa. No obstante, las autoridades brasileñas han sido alertadas y se están llevando a cabo operativos de búsqueda en zonas de difícil acceso, controles en caminos vecinales y vigilancia en pasos fronterizos en la provincia de Misiones.
La policía está empleando drones en las tareas de búsqueda para cubrir áreas extensas y de difícil acceso. Según informes de medios locales, el cuerpo de Marisa fue encontrado en su domicilio con lesiones compatibles con un arma de fuego. En el lugar del crimen, los agentes incautaron vainas servidas y otros elementos que podrían ser cruciales para la investigación. El caso está siendo investigado por el Juzgado de Instrucción Tres de San Vicente, a cargo del juez Gerardo Casco.
Este femicidio ha generado una profunda indignación y ha reavivado el debate sobre la violencia de género en Argentina. La brutalidad del crimen, la confesión a su propio hijo y la fuga del presunto asesino han convertido este caso en un símbolo de la lucha contra la violencia machista y la necesidad de proteger a las mujeres en situación de riesgo.