Un Domingo de Terror: Asalto a Familia Deja a Niña Aterrada en Villa Raffo

La madrugada del domingo se tiñó de horror en Villa Raffo, partido de Tres de Febrero, cuando una familia fue víctima de un violento asalto a mano armada. El incidente, perpetrado por cinco delincuentes, dejó una imagen desgarradora que ha conmocionado a la comunidad: una niña pequeña, descendiendo de un automóvil con un globo en la mano y los brazos en alto, presa del miedo.

El relato de los hechos pinta un panorama de extrema violencia. La familia, aparentemente regresando de una celebración de cumpleaños, fue interceptada por los asaltantes justo en la puerta de su domicilio. Dos de los delincuentes se abalanzaron sobre el conductor, forcejeando con él hasta derribarlo al suelo, causándole una fractura en la muñeca izquierda. En medio del caos y la desesperación, la madre, con una lucidez admirable, abrió la puerta trasera del vehículo para permitir que su hija escapara del peligro.

La pequeña, consciente de la gravedad de la situación, obedeció a su madre con una valentía que contrasta con su corta edad. Bajó del auto lentamente, elevando sus manos en señal de rendición, mientras sostenía firmemente un globo, un símbolo de alegría que se había transformado en un mudo testigo del terror. La imagen de la niña, con su inocencia vulnerada, ha resonado profundamente en la opinión pública, generando indignación y preocupación por la creciente inseguridad.

Tras apoderarse del vehículo, los delincuentes emprendieron la huida, pero su accionar no terminó ahí. A pocos metros, detuvieron el automóvil y uno de ellos, empuñando un arma, regresó hacia las víctimas. Con frialdad, despojó a la madre de su cartera y teléfono celular, antes de desaparecer definitivamente en la oscuridad de la noche.

Horas más tarde, el automóvil robado fue localizado en el complejo Ejército de los Andes, tristemente célebre como Fuerte Apache. El vehículo, desvalijado y con evidentes signos de vandalismo, evidenciaba la impunidad con la que operan estos criminales. La batería, el estéreo, la rueda de auxilio y diversas herramientas habían sido sustraídas, mientras que la carrocería presentaba rayones, abolladuras y un farol roto, testimonio mudo de la violencia sufrida.

La familia, aún conmocionada por la experiencia, radicó la denuncia correspondiente, reportando el robo de tres teléfonos celulares, documentación personal y tarjetas bancarias. El calvario no terminó ahí, ya que, según relató una de las víctimas a Noticias Argentinas, la comisaría se encontraba cerrada al momento de intentar formalizar la denuncia, generando aún más frustración e impotencia. “Casi tiro la pared abajo”, expresó la víctima, reflejando la indignación ante la falta de respuesta de las autoridades.

Vecinos de la zona, consternados por el hecho, aseguran que los delincuentes estarían identificados, pero que la falta de acción se debe a que son menores de edad. Esta situación, según los vecinos, genera una sensación de impunidad y alimenta la reiteración de este tipo de delitos, ya que la misma banda habría perpetrado otros asaltos en la zona. La comunidad exige medidas urgentes para frenar la ola de inseguridad y garantizar la protección de los ciudadanos.

Este incidente pone de manifiesto la creciente problemática de la inseguridad en la provincia de Buenos Aires y la necesidad de implementar políticas públicas integrales que aborden las causas profundas de la delincuencia y fortalezcan la presencia policial en los barrios más vulnerables. La imagen de la niña, con su globo y las manos en alto, se ha convertido en un símbolo de la fragilidad de la infancia frente a la violencia y un llamado a la acción para construir una sociedad más segura y justa.