La carrera de Alejandro ‘Papu’ Gómez, aquel talentoso mediocampista ofensivo que tocó el cielo con las manos al coronarse campeón del mundo en Qatar 2022, ha tomado un giro inesperado y doloroso. Un positivo en un control antidopaje, detectado hace dos temporadas, lo alejó de los terrenos de juego, sumiéndolo en un periodo de incertidumbre y reflexión.
En una entrevista reciente, Gómez, sin mencionar nombres específicos, se sinceró sobre el difícil momento que atraviesa, un abrupto descenso desde la cima del éxito hasta el silencio y la marginación. El contraste es palpable: de ser una figura destacada en el fútbol italiano y un miembro clave de la selección argentina campeona del mundo, a enfrentar una suspensión que ha puesto en pausa su carrera profesional.
A pesar de la adversidad, el ‘Papu’ Gómez se muestra resiliente y enfocado en su regreso al fútbol profesional. Sin embargo, no evade la controversia y plantea una reflexión crítica sobre las sanciones en el deporte: “Tomás drogas y te sancionan por seis meses, pero tomás por error un jarabe para la tos de tu hijo y te suspenden por dos años”. Esta comparación, aunque polémica, revela la frustración y el sentimiento de injusticia que lo acompañan.
Gómez, con 37 años, se prepara para volver a la actividad futbolística en el Calcio Padova, equipo de la Serie B italiana. Su suspensión, impuesta en octubre de 2023 cuando militaba en el Sevilla de España, lo mantuvo alejado de las canchas, pero su determinación por volver a jugar se mantiene intacta.
“Los primeros meses fueron duros porque no entendía por qué me pasaba a mí, por qué justo en mi mejor momento”, confesó Gómez, recordando el impacto inicial de la noticia. “Era el más top de mi carrera después de haber ganando un Mundial. Nunca me había pasado algo así en mi carrera y decís: ‘¿Por qué?’. La vida a veces te da estos golpes y sorpresas”. Esta reflexión revela la vulnerabilidad del deportista, expuesto a los vaivenes del destino incluso en la cúspide de su carrera.
El ‘Papu’ también admitió sentir “bronca con todos: con el fútbol y con el sistema”. Si bien asume la responsabilidad por la ingesta del jarabe para la tos, lamenta las consecuencias desproporcionadas que esto ha tenido en su carrera. “Yo no me hago la víctima, la responsabilidad fue absolutamente mía. El boludo fui yo por haber tomado un jarabe para la tos que no tenía que tomar, pero bueno, me comí 2 años de suspensión”, expresó con resignación.
Otro aspecto que tocó el ‘Papu’ Gómez es la ausencia de apoyo que sintió tras conocerse la sanción. Según sus palabras, mucha gente “desapareció” de su entorno. Sin embargo, sorprendentemente, no guarda rencor y se muestra comprensivo ante esta situación: “Los entiendo”. Esta actitud revela una madurez y una capacidad de empatía que trascienden el ámbito deportivo.
La historia de Alejandro ‘Papu’ Gómez es un recordatorio de la fragilidad de la gloria y de cómo un evento inesperado puede alterar drásticamente el curso de una vida. Su resiliencia, su autocrítica y su capacidad de perdonar son cualidades que lo definen más allá de su talento futbolístico. Ahora, con la mirada puesta en su regreso a las canchas, el ‘Papu’ buscará escribir un nuevo capítulo en su carrera, demostrando que la adversidad puede ser una oportunidad para reinventarse y volver aún más fuerte.