En medio del profundo dolor que embarga a la comunidad de La Matanza, Stella Maris, la madre de Lara Gutiérrez, una de las jóvenes víctimas del triple femicidio, alza su voz exigiendo justicia. La tragedia, que ha conmocionado a la opinión pública, ha dejado a familiares y amigos sumidos en la incredulidad y la desesperación.
“No sé por qué la mataron”, declaró Stella Maris con la voz entrecortada. “Lo que me va a dar paz es que agarren a los culpables”. Sus palabras reflejan la angustia y la sed de justicia que la consume. Recordó, además, la última conversación que tuvo con su hija, en la que Lara le mencionó su intención de ir a La Tablada.
Acompañada por su abogada, Stella Maris describió a Lara, de tan solo 15 años, como una adolescente reservada, que guardaba sus sentimientos y pensamientos para sí misma. En un intento por comprender lo incomprensible, la madre evitó emitir juicios sobre Tony Janzen Valverde Victoriano, alias “Pequeño J”, el principal acusado en el caso. Sin embargo, insistió en su ferviente deseo de que las autoridades esclarezcan los hechos que rodearon la trágica madrugada. “Yo no veía nada extraño en ella”, afirmó con tristeza.
Mientras tanto, la investigación del caso ha tomado giros inesperados. Guillermo Endi, abogado de uno de los detenidos, ha lanzado una hipótesis que vincula el triple femicidio con el robo de una considerable cantidad de cocaína, aproximadamente 400 kilos. Según el letrado, este cargamento pertenecía al supuesto novio de Lara, y la magnitud del botín explicaría la brutalidad del ataque y las características mafiosas que rodean el caso.
Endi relató en una entrevista televisiva que Lara, al parecer, había conocido a un miembro de una banda de narcotraficantes y había presenciado la presencia de drogas en la vivienda que visitaba. Esta información, según el abogado, fue compartida con un joven con quien Lara mantenía una relación, quien a su vez le solicitó que durmiera al cuidador del cargamento para facilitar el robo de la droga.
La teoría del abogado sugiere que las jóvenes podrían haber estado involucradas en actividades ilícitas, actuando como “viudas negras” para despojar de sus pertenencias a hombres a quienes seducían. Sin embargo, el robo de una cantidad tan grande de cocaína habría desencadenado una venganza narco, con el objetivo de torturar a Lara para obtener información sobre el paradero de la droga robada, un objetivo que no se cumplió durante la noche del triple crimen.
Por otro lado, la madre de Morena Verdi, otra de las víctimas, ha expresado su descontento con el rumbo que ha tomado la investigación, poniendo en duda la culpabilidad del narcotraficante peruano detenido en Lima. “Nos vendieron un verdulero, no parece capaz de lo que pasó”, declaró la madre de Morena, sembrando dudas sobre la versión oficial de los hechos.
A pesar del inmenso dolor que comparten, ambas familias han agradecido el apoyo y la solidaridad de la comunidad, asegurando que continuarán luchando incansablemente para que se haga justicia y se esclarezcan los hechos que llevaron a la trágica muerte de sus hijas. La búsqueda de la verdad y la exigencia de justicia son el motor que impulsa a estas familias a seguir adelante, a pesar del vacío irreparable que han dejado las jóvenes víctimas.