Desentrañando la Metamorfosis de Tramayo: Un Viaje a las Profundidades del Ser

En el umbral de una nueva etapa, liberado de las cadenas del pasado, emerge Tramayo. Así lo presenta Dante Galdona en su novela, La Conversión del Señor Tramayo (Bucanera Ediciones – 2025), una obra que explora la transformación, la introspección y el destino. Tramayo se encuentra en un punto de inflexión, un instante donde su existencia cotidiana se ve sacudida por revelaciones inesperadas.

La novela nos sumerge en la metamorfosis interna de un hombre común, cuya vida se ve alterada por circunstancias que desafían sus convicciones más arraigadas, sus relaciones y la monotonía de su rutina. Tramayo, recién jubilado, se enfrenta a una epifanía que lo desconcierta y lo impulsa a cuestionar su propia identidad. ¿Estamos predestinados? ¿Necesitamos un catalizador para alcanzar nuestro destino? ¿Quién es, en esencia, Tramayo?

Como anticipa Evangelina Aguilera en el prólogo, Tramayo se embarca en una lucha crucial con su propio mundo, un renacimiento personal. Es una búsqueda de sí mismo, un encuentro con facetas ocultas de su ser.

El autor, Dante Galdona, describe su relación con el personaje como un proceso conflictivo. “Conviví con él durante el proceso y fue como vivir con una persona que odias en todos los niveles. Darle vida a alguien tan distante de mí fue agotador, pero, al mismo tiempo, era un desafío que me había propuesto: crear un personaje que no tuviera nada que ver conmigo y que, de algún modo, cumpliera la función en la trama de un personaje como los que me gusta escribir”. Galdona confiesa que Tramayo es una amalgama de rasgos observados en personas reales y personajes ficticios, un proceso que incluso requirió terapia para superar la intensidad de la creación.

El Descubrimiento de Tramayo

¿Qué revela Tramayo sobre sí mismo en este viaje introspectivo? Descubre, según Galdona, una pulsión reprimida hacia la violencia, el poder y la destrucción, una fuerza latente que permaneció oculta bajo una fachada de normalidad. Este descubrimiento, aunque sorprendente, resuena con una verdad subyacente que Tramayo siempre intuyó.

La Búsqueda Personal del Autor

Galdona niega una conexión directa entre la búsqueda de Tramayo y su propia búsqueda personal. Se considera cercano a la persona que siempre aspiró a ser, aunque reconoce la naturaleza fluida de la identidad. Para él, la vida no se trata de buscarse a uno mismo, sino de aceptar y disfrutar las transformaciones constantes, desechando lo dañino y abrazando lo positivo. El cambio, que aterroriza a Tramayo, es para Galdona una fuente de placer y crecimiento.

La resistencia al cambio y la idealización de lo inmutable son, para el autor, actitudes peligrosas que impiden la armonía interna y en las relaciones interpersonales. Aferrarse a un estado de cosas por coherencia, en lugar de abrazar nuevas perspectivas, es un error. Tramayo, en contraste, se aferra a su antiguo ser, resistiéndose a la fuerza que lo impulsa hacia un camino oscuro.

Miedo y Transformación

La novela explora el papel del miedo en la historia de Tramayo. El miedo a sí mismo, a su potencial destructivo, es el eje central de su psicología. Galdona sugiere que todos llevamos dentro un mundo interior que podría sorprender a los demás, una idea que se refleja en la aparente banalidad de Tramayo.

El autor también reflexiona sobre el miedo como herramienta de manipulación social, un mercado que genera ganancias a partir de la inseguridad. Reconoce el miedo como un instinto ancestral, esencial para la supervivencia, pero también como un mecanismo que puede ser activado y utilizado por el poder.

El Significado del Descubrimiento

La novela deja al lector la tarea de interpretar el significado del descubrimiento de Tramayo. ¿Necesitaba Tramayo aceptarse como un individuo despiadado, liberándose de su máscara de anciano inofensivo? ¿O fue necesaria la intervención de fuerzas sobrenaturales para desencadenar su transformación?

El Epígrafe de Borges

La novela se abre con un epígrafe de La Casa de Asterión de Borges: “¿Cómo será mi redentor?, me pregunto. ¿Será un toro o un hombre? ¿Será tal vez un toro con cara de hombre? ¿O será como yo?”. Este epígrafe, elegido después de completar la obra, encapsula los temas centrales de la novela: el autodescubrimiento, la redención, la otredad y la identidad.

Mientras que Asterión espera un redentor externo que dé sentido a su existencia, Tramayo encuentra la aceptación radical de su propia naturaleza, una aceptación de quién es en realidad, en la proximidad de la muerte.

La novela concluye con la frase: “’Usted es el mejor asesino de la historia’, había dicho ese hombre. Y Tramayo, ahora, cruzó los brazos y levantó la vista al infinito”. Un final que deja al lector reflexionando sobre la verdadera naturaleza de Tramayo y el alcance de su transformación.