Cierre de Molino Campo Claro: Un Adiós Doloroso a la Producción Orgánica Argentina

En un giro inesperado, Molino Campo Claro, una empresa emblemática en la producción de alimentos orgánicos en Argentina, ha anunciado su cierre definitivo. La noticia, que ha conmocionado a la comunidad y a sus trabajadores, marca el fin de una trayectoria de más de tres décadas dedicada a la alimentación saludable y las prácticas agrícolas sustentables.

Ubicada en la localidad de Carlos Keen, partido de Luján, la empresa ha atribuido su decisión a las severas dificultades económicas que atraviesa el país. El cierre implica la pérdida de empleo para todos sus trabajadores, generando un impacto significativo en la economía local y un sentimiento de incertidumbre en el sector de la producción orgánica.

A través de un comunicado oficial, Molino Campo Claro expresó su profunda tristeza por el cierre, enfatizando que la empresa representaba mucho más que una simple actividad comercial. “Hemos resistido 30 años, y lo seguiremos haciendo, pero no de esta forma”, señalaron, dejando entrever la esperanza de un posible resurgimiento en el futuro, cuando las condiciones económicas sean más favorables.

La empresa explicó que la falta de sostenibilidad económica fue el factor determinante en su decisión. En un contexto de creciente competencia y costos operativos elevados, Molino Campo Claro se vio imposibilitada de mantener su modelo de producción. “Nuestro modelo de trabajo perdió sustentabilidad”, afirmaron, destacando la desventaja competitiva que enfrentan los pequeños productores de agricultura orgánica frente al capital concentrado.

Fundada en 1995 como un emprendimiento familiar, Molino Campo Claro se especializó en la elaboración de harinas integrales y aceites prensados en frío, convirtiéndose en un referente en el mercado de alimentos naturales. Su compromiso con la agricultura libre de agroquímicos y las prácticas sustentables la distinguieron como una empresa pionera en su rubro. La firma lamentó profundamente el impacto negativo que su cierre tendrá en las miles de familias que se beneficiaron de sus productos y en el medio ambiente, al cual siempre se esforzaron por proteger.

A pesar de la difícil situación, los propietarios de Molino Campo Claro mantienen viva la esperanza de retomar la producción en el futuro. “Ojalá recuperemos la esperanza para permanecer vitales hasta que llegue la hora de renacer”, manifestaron, reafirmando su compromiso con los valores que guiaron su trayectoria: la alimentación saludable, la sustentabilidad y el respeto por el medio ambiente.

El cierre de Molino Campo Claro representa una pérdida significativa para el sector de la producción orgánica en Argentina. Su legado como empresa comprometida con la calidad, la sustentabilidad y la salud de sus consumidores perdurará en la memoria de quienes valoran los alimentos naturales y las prácticas agrícolas responsables. La esperanza de un futuro renacer se mantiene latente, alimentada por el deseo de volver a ofrecer productos que promuevan un estilo de vida saludable y respetuoso con el planeta.