Jorge Monín: Del Banco a la Pista, Forjando un Legado en el Atletismo Marplatense

En Mar del Plata, mientras el sol disipa los rastros de la lluvia dominical, un grupo de corredores se desliza por el Parque de Deportes. En la Asociación Atlética Marplatense, un hombre interrumpe su labor, dejando la bordeadora que utilizaba para mantener el espacio. Es Jorge Monín, el alma detrás de JM Corredores, el club de running más grande de la ciudad.

A cuarenta y cinco años de haber conquistado el récord argentino en 5000 metros llanos, destronando al legendario Osvaldo Suárez en la inauguración de la pista sintética del Cedena (hoy Cenard), la historia de Jorge es un relato de pasión, dedicación y transformación.

Su incursión en el atletismo fue fortuita. Estudiante de la Escuela Nacional de Comercio, Jorge, entonces basquetbolista, aceptó participar en una carrera de cross para completar el equipo de su curso. Ese día, recorrió 2500 metros alrededor del Tiro Federal, obteniendo el segundo lugar. Un año después, participó en el Maratón Intercolegial, donde, con una simple remera blanca, se alzó con la victoria. Este triunfo captó la atención de Fernando Rodríguez Facal, quien lo invitó a entrenar profesionalmente.

Tras finalizar sus estudios secundarios, Jorge comenzó a estudiar Ciencias Económicas y a trabajar en un banco. Esta rutina le brindó la estabilidad y el horario que necesitaba para estructurar su entrenamiento. Bajo la tutela de Rodríguez Facal, inició un programa de dos etapas, diseñado para convertirlo en un atleta de talla internacional.

En la categoría juveniles, Jorge batió récords en las distancias de 3000 y 5000 metros. Era una época diferente, donde correr era una actividad poco común. No existían los dispositivos tecnológicos para medir el rendimiento, ni la variedad de equipamiento deportivo actual. La nutrición deportiva era un concepto desconocido. Correr por la costa era visto con extrañeza, pero para Jorge, era una vía de escape, un refugio donde los problemas se disipaban.

En 1976, ya en la categoría mayores, logró un quinto puesto en una competencia de 5000 metros. Dos años después, clasificó para los Juegos Odesur y compitió en los Panamericanos de Puerto Rico. En 1980, ante la imposibilidad de participar en los Juegos Olímpicos de Moscú debido al boicot, Jorge se enfocó en otros desafíos. En octubre de ese año, durante la inauguración de la pista de atletismo de Buenos Aires, corrió los 5000 metros llanos, deteniendo el cronómetro en 14:02 y estableciendo un nuevo récord argentino.

Este logro le abrió las puertas a importantes patrocinios y a la oportunidad de competir en la Golden Liga europea en 1981. Sin embargo, la exclusión de los fondistas del Sudamericano en Bolivia truncó sus planes de seguir compitiendo a nivel internacional.

El Nacimiento de la “Marea Roja”

Jorge continuó corriendo hasta los 55 años. En 2001, tras negociar su retiro anticipado del banco, se enfrentó a la incertidumbre. Su vida giraba en torno al trabajo y al atletismo. Un día, un atleta le consultó sobre algún entrenador. Jorge, que había realizado cursos de entrenamiento, aceptó el desafío. Poco a poco, más personas se acercaron a él en busca de asesoramiento.

Así nació JM Corredores, un grupo que comenzó con 20 personas. El nombre surgió de forma espontánea, y los colores rojo y amarillo se adoptaron sin una razón aparente. Sin embargo, fue su hijo Ezequiel quien impulsó el crecimiento del club. Su carisma y dedicación atrajeron a numerosos corredores.

Hoy, JM Corredores cuenta con aproximadamente 400 socios, con presencia en otras provincias argentinas. Para los Monín, no hay distinción entre atletas de élite y corredores aficionados. El objetivo es brindar un trato personalizado y fomentar la superación personal. Marcela Araujo, encargada del área administrativa y entrenadora del club, destaca que JM es una familia, donde se busca transmitir los valores del atletismo.

En JM Corredores convergen personas de todas las profesiones y estratos sociales. Se presta la misma atención a todos los atletas, buscando que cada uno alcance su máximo potencial. Jorge, el hombre que atesora innumerables historias, considera el atletismo como una forma de vida, una herramienta para descubrir nuevas posibilidades.