Tras un proceso judicial que se extendió por casi tres años, la justicia ha dictado sentencia en el caso del tiroteo ocurrido en una plaza del barrio Cerrito Sur, condenando al acusado de balear al jefe de la barra brava del club Aldosivi a una pena de siete años de prisión. El tribunal también declaró al individuo como reincidente, lo que agrava su situación legal.
Jorge Roldán, el condenado, llegó al juicio en condición de detenido y permanecerá bajo custodia en una unidad del Servicio Penitenciario Bonaerense, cuya ubicación específica aún no ha sido determinada.
El panel de jueces, compuesto por Alexis Simaz, Roberto Falcone y Ricardo Perdichizzi, encontró a Roldán culpable como coautor del delito de homicidio agravado por el uso de arma en grado de tentativa y agresión con arma. Sin embargo, en la misma resolución judicial, Santiago Sosa fue absuelto de todos los cargos, en consonancia con las solicitudes presentadas tanto por el fiscal Carlos Russo como por la defensora oficial Carla Auad durante sus alegatos finales hace dos semanas.
En sus últimas palabras ante el tribunal, Roldán negó rotundamente su participación en los hechos, afirmando que no se responsabilizaría por algo que no cometió. Además, argumentó que el juicio había revelado la existencia de una conexión entre la barra brava y las fuerzas policiales.
Los hechos que fueron objeto de este juicio se remontan al 5 de noviembre de 2022. Según la hipótesis presentada por la fiscalía, una facción de la barra brava de Aldosivi orquestó un ataque con la intención de asesinar a Luis “Indio” Coman en una plaza ubicada en el barrio Cerrito Sur. Durante el incidente, mientras se llevaban a cabo actividades relacionadas con una murga, los dos imputados, presuntamente acompañados por otros individuos, abrieron fuego, efectuando múltiples disparos. Si bien Coman resultó ileso, un menor de 11 años y otras tres personas sufrieron heridas de bala como consecuencia del tiroteo.
El juicio se centró en determinar la responsabilidad de los acusados en este violento episodio que conmocionó a la comunidad local. La condena de Roldán marca un hito en la búsqueda de justicia para las víctimas y busca enviar un mensaje claro contra la violencia en el ámbito del fútbol y la criminalidad organizada.
La absolución de Sosa, por otro lado, resalta la importancia de la presunción de inocencia y la necesidad de pruebas sólidas para sustentar una condena penal. El sistema judicial, en este caso, ha buscado equilibrar la rendición de cuentas por los actos violentos con la protección de los derechos individuales de los acusados.
Este caso pone de manifiesto la problemática de la violencia asociada a las barras bravas en el fútbol argentino, un fenómeno que ha generado preocupación y ha sido objeto de debate a nivel nacional. Las autoridades han implementado diversas medidas para combatir esta problemática, incluyendo restricciones de acceso a los estadios, operativos policiales y reformas legislativas. Sin embargo, la erradicación de la violencia en el fútbol sigue siendo un desafío complejo que requiere un abordaje integral que involucre a todos los actores sociales.
La sentencia en este caso representa un paso importante en la búsqueda de justicia y la lucha contra la impunidad, pero también subraya la necesidad de seguir trabajando en la prevención de la violencia y la promoción de una cultura de paz en el deporte.