En un incidente ocurrido durante la madrugada del sábado en la ciudad de Mar del Plata, un joven de 20 años fue aprehendido por la policía tras agredir físicamente a un empleado de un kiosco. La detención se produjo luego de una denuncia al 911, alertando a las autoridades sobre la agresión.
Según fuentes policiales, el incidente se desencadenó a raíz de una discusión entre el joven y el kiosquero, aparentemente motivada por la disconformidad del agresor con la atención recibida. El altercado verbal escaló hasta la agresión física, donde el joven propinó un golpe en el rostro al empleado del establecimiento.
El suceso tuvo lugar en un kiosco ubicado en la intersección de las calles Luro y Catamarca. Tras la agresión, el agresor se dio a la fuga, pero fue interceptado poco después por efectivos de la Comisaría Primera en la zona de España y 9 de Julio. La descripción del individuo coincidía con la proporcionada por la víctima y los testigos del hecho.
“La discusión se originó por la calidad de la atención, lo que llevó al joven a golpear al empleado de 23 años en la cara, causándole una visible hinchazón”, confirmaron fuentes cercanas a la investigación. La rápida respuesta policial permitió la detención del agresor y su posterior traslado a la Comisaría Primera para realizar las diligencias correspondientes.
Tras la realización de las actuaciones legales pertinentes, el fiscal de Flagrancia, Facundo De la Canale, dispuso la formación de una causa por lesiones leves contra el joven detenido. Asimismo, se le notificó formalmente la causa y se ordenó su posterior liberación. La investigación del caso continúa para esclarecer completamente los hechos y determinar las responsabilidades correspondientes.
Este incidente pone de manifiesto la importancia de mantener la calma y el respeto en las interacciones cotidianas, incluso en situaciones de desacuerdo. La violencia física nunca es una solución y puede acarrear consecuencias legales significativas para el agresor.
Las autoridades competentes instan a la ciudadanía a resolver sus diferencias de manera pacífica y a denunciar cualquier acto de violencia a las líneas de emergencia, como el 911, para garantizar la seguridad y el orden público.