La tarde del pasado viernes se convirtió en un episodio de película en la zona de Anchorena y Los Duraznos, cuando un hombre de 37 años, con un historial marcado por el incumplimiento de las salidas transitorias, intentó evadir a la justicia. Su intento de fuga, sin embargo, resultó infructuoso, culminando con su detención y el regreso a la Unidad Penal N°15 de Batán.
Todo comenzó cuando efectivos del Gabinete Técnico Operativo de la comisaría decimoquinta realizaban tareas de patrullaje en la mencionada zona. La presencia policial no pasó desapercibida para el individuo, quien, al percatarse de la cercanía de los oficiales, optó por emprender una veloz huida. Su reacción instintiva levantó de inmediato las sospechas de los agentes, quienes no dudaron en iniciar una persecución.
La persecución, aunque breve, generó momentos de tensión. Los oficiales, con determinación, lograron interceptar al fugitivo. Tras identificarlo, confirmaron lo que sospechaban: sobre él pesaba un pedido de captura vigente, emitido por el Juzgado de Ejecución Penal N°1. El motivo de la orden judicial era claro: el incumplimiento del régimen de salidas transitorias al que estaba sujeto.
Según declaraciones de las autoridades policiales, el Juez Ricardo Perdichizzi había solicitado la captura del individuo el 8 de septiembre pasado. El detonante fue un incidente relacionado precisamente con esas salidas transitorias, un beneficio que, en este caso, fue claramente abusado.
Las salidas transitorias son un mecanismo contemplado en el sistema penitenciario, diseñado para facilitar la reinserción gradual de los internos en la sociedad. Permiten a los reclusos salir temporalmente de la prisión, bajo ciertas condiciones y supervisión, con el objetivo de mantener lazos familiares, buscar empleo o realizar trámites importantes. Sin embargo, el incumplimiento de las normas establecidas para estas salidas puede acarrear consecuencias graves, como la revocación del beneficio y el regreso inmediato a prisión.
Una vez completados los trámites legales correspondientes, el hombre fue trasladado nuevamente a la Unidad Penal N°15 de Batán. Su intento de escapar de la justicia no solo resultó en vano, sino que también selló su destino, al menos por el momento. Este incidente sirve como recordatorio de las consecuencias del incumplimiento de las normas y de la importancia de respetar el sistema judicial.
Este caso subraya la importancia de la labor policial en la vigilancia y el cumplimiento de las órdenes judiciales. La rápida reacción y la eficiencia de los oficiales de la comisaría decimoquinta fueron cruciales para la captura del fugitivo y su posterior reingreso al sistema penitenciario. La historia también pone de relieve la necesidad de un seguimiento riguroso de los internos que gozan de salidas transitorias, con el fin de asegurar que cumplan con las condiciones impuestas y evitar situaciones como la que se vivió en Anchorena y Los Duraznos.