La historia de Hilen Elisci es un testimonio del poder de la compasión y la dedicación inquebrantable. Durante los últimos 18 años, Hilen ha consagrado su vida al rescate de perros vulnerables, transformando un acto individual de bondad en una de las redes de tránsito animal más grandes y significativas de su ciudad.
El punto de inflexión en su vida ocurrió en una fría mañana de junio de 2007. Al encontrarse con “Pacha”, una Fox Terrier de siete años, y sus seis cachorros de apenas quince días, Hilen sintió un llamado irrefrenable. Decidió acoger a toda la familia canina, un gesto que marcaría el inicio de una vocación que definiría su futuro.
Lo que comenzó como una actividad altruista en su tiempo libre, pronto se convirtió en una misión de vida. Hilen fundó “Rescatando Huellas”, una organización que actualmente brinda hogar temporal a 81 perros de diversas edades y con diferentes necesidades médicas. Sin embargo, el crecimiento exponencial de su labor ha traído consigo desafíos financieros significativos. Recientemente, Hilen se ha visto obligada a pausar temporalmente los rescates debido a una deuda abrumadora que supera los seis millones de pesos.
Los Humildes Comienzos de un Gran Proyecto
Hilen recuerda con cariño sus primeros esfuerzos de rescate, en una época donde las redes sociales no tenían el alcance que poseen hoy. Para encontrar hogares para los perros que rescataba, recurría a métodos tradicionales: “Los llevaba a la plaza y los publicaba los jueves en la revista ‘De Todo’”, rememora. Con el tiempo, la demanda de rescates creció de manera constante. Actualmente, Hilen alberga a 38 perros en su propio domicilio, mientras que otros 43 se encuentran en hogares de tránsito temporales. “No tengo un refugio específico”, explica, “mi refugio es mi casa y las familias que se suman a tenerlos hasta que encontramos sus hogares definitivos”.
Un Esfuerzo Colectivo
Si bien Hilen fue la fuerza impulsora detrás de “Rescatando Huellas”, reconoce que su trabajo no sería posible sin el apoyo de su familia y un grupo de amigas dedicadas. “Este trabajo empecé a hacerlo sola, con ayuda de mi familia, y hace unos años se sumaron tres amigas más: Agustina Méndez Casariego, Lorena Battaglino y Agustina Pedre. También cuento con la ayuda de mis amigos que me levantan cuando siento que caigo y de todas las personas que, conociéndome o sin hacerlo, aportan su granito de arena. Siempre lo digo, es un trabajo que sola no puede llevarse a cabo”, enfatiza.
El equipo de “Rescatando Huellas” trabaja incansablemente para responder a la gran cantidad de solicitudes de ayuda que reciben. “Cada una cumple un rol distinto en el grupo y, en conjunto, hacemos un gran equipo. Este año llevamos rescatando más de 220 vidas”, afirma con orgullo.
Un Llamado a la Solidaridad
La noble labor de Hilen y su equipo se enfrenta a un desafío significativo: la crisis económica que azota al país. El aumento en los casos de abandono de mascotas, combinado con los crecientes costos de atención veterinaria y alimentación, han generado una deuda considerable. “Hoy en día tenemos una deuda de $6.200.000 y todos los días esa suma sigue creciendo porque los rescates no han frenado. Pero ahora sí, tengo que poner un freno y saldar ese monto para poder seguir salvando vidas”, lamenta.
Para hacer frente a esta situación, Hilen ha recurrido a colectas en redes sociales y a la organización de eventos benéficos. Estas iniciativas buscan recaudar fondos y concientizar sobre la importancia de apoyar el rescate animal. La historia de Hilen Elisci y “Rescatando Huellas” es un ejemplo inspirador de cómo la dedicación y la compasión pueden transformar vidas, tanto humanas como animales. Su trabajo incansable merece ser reconocido y apoyado por toda la comunidad.