Un halo de melancolía envuelve al barrio porteño de Belgrano mientras se confirma el final de una era: el Manhattan Club Grand Café será demolido. Ubicado estratégicamente en la concurrida intersección de la Avenida Cabildo y La Pampa, este emblemático edificio, que albergó un café que fue refugio de celebridades en los años 90 y que, con tenacidad, resistió hasta este año, se prepara para desaparecer del paisaje urbano.
Un Adiós a la Cúpula: El Corazón Arquitectónico de Belgrano
La noticia más impactante para la identidad visual del barrio es, sin duda, la confirmación de que la icónica cúpula, distintivo inconfundible del Manhattan Club, no se salvará. Esta cúpula, más que un simple adorno, era un símbolo, un faro que marcaba la esquina y que se había grabado en la memoria colectiva de los vecinos.
La Viabilidad y el Costo: Un Debate Complejo
El escultor Mauro Ketlun arrojó luz sobre la difícil decisión. Si bien técnicamente es posible conservar la cúpula durante la demolición, el costo prohibitivo de esta operación ha hecho que la idea sea inviable. Demoler cuidadosamente la estructura preservando el remate arquitectónico implicaría una inversión considerable, que, al parecer, no se justifica desde el punto de vista económico.
Un Legado en el Recuerdo
El cierre del bar temático en abril de este año ya había generado un torrente de lamentos en las redes sociales. A pesar de que, en su última etapa, el Manhattan Club funcionó incluso como cooperativa, mostrando signos de desgaste, su clausura representó la pérdida de una referencia cultural y arquitectónica esencial para la zona. El café era más que un simple lugar para tomar algo; era un punto de encuentro, un espacio de conversación y un testigo silencioso de la vida cotidiana del barrio.
Un Eco de Manhattan en Buenos Aires
Construida entre 1993 y 1995, la confitería destacaba por ser una réplica en miniatura de la torre Chrysler, de Nueva York. Este rascacielos de estilo art déco, situado en la isla de Manhattan, inspiró el nombre y la estética del café porteño. El Manhattan Club Grand Café buscaba evocar el glamour y la sofisticación de la Gran Manzana, transportando a sus clientes a un ambiente cosmopolita y elegante. La cúpula, precisamente, era una reinterpretación de la aguja característica de la torre Chrysler, adaptada a la escala del edificio y al contexto local.
El Fin de una Era
La demolición del Manhattan Club Grand Café marca el fin de una era para Belgrano. Más allá de la pérdida de un edificio emblemático, se trata de la desaparición de un símbolo, de un punto de referencia que formaba parte del imaginario colectivo del barrio. La nostalgia se apodera de los vecinos, que recuerdan con cariño los momentos compartidos en este espacio y lamentan la pérdida de un pedazo de su historia.
Un Futuro Incierto
Aún se desconoce qué se construirá en el lugar del Manhattan Club Grand Café. Sin embargo, la demolición de este ícono plantea interrogantes sobre el futuro del barrio y la importancia de preservar el patrimonio arquitectónico y cultural de la ciudad. ¿Cómo podemos equilibrar el desarrollo urbano con la necesidad de proteger nuestra identidad y memoria colectiva?
El adiós al Manhattan Club Grand Café es un recordatorio de que la ciudad está en constante transformación, y que es fundamental reflexionar sobre el impacto de estos cambios en la vida de sus habitantes.