En un Superclásico cargado de emociones y significado, Boca Juniors, dirigido por Claudio Úbeda, se alzó con la victoria en La Bombonera, derrotando a River Plate por 2-0. Este triunfo, correspondiente a la decimoquinta fecha del Torneo Clausura, no solo significó una alegría inmensa para la afición xeneize, sino que también selló su clasificación a la codiciada Copa Libertadores 2026.
Desde el pitido inicial, el encuentro se desarrolló con la intensidad y la garra que caracterizan a estos duelos históricos. Boca, mostrando una ligera superioridad, buscó imponer su juego desde el mediocampo. Las figuras de Paredes y, especialmente, Zeballos, emergieron como los faros del equipo local, aunque la primera mitad careció de ocasiones de gol claras para ambos contendientes.
El momento clave del primer tiempo llegó en su último suspiro. Un balón largo lanzado al área de River encontró la cabeza de Giménez, quien inteligentemente la bajó para la llegada fulgurante de Zeballos. El joven delantero encaró al portero Lautaro Rivero, cuyo rebote tras el primer remate fue aprovechado por el propio Zeballos para enviar el balón al fondo de la red, desatando la euforia en las tribunas y colocando el 1-0 en el marcador justo antes del descanso.
El segundo tiempo no pudo haber comenzado mejor para Boca. Apenas transcurridos dos minutos, Zeballos volvió a hacer de las suyas, esta vez desbordando por la banda izquierda. Con una habilidad impresionante, envió un centro raso y preciso que encontró a Merentiel, quien, con olfato goleador, empujó el balón al arco, ampliando la ventaja a 2-0.
Con una ventaja de dos goles, Boca supo manejar los tiempos del partido, transmitiendo nerviosismo a un River que, a pesar de los cambios tácticos introducidos, no logró encontrar la fórmula para inquietar seriamente la portería defendida por el arquero xeneize. La tranquilidad y la solidez defensiva de Boca contrastaron con la desesperación de River, que se vio incapaz de generar peligro real.
Los minutos finales estuvieron marcados por la tensión y la controversia. Una posible falta dentro del área sobre Giménez generó reclamos airados, pero la revisión del VAR determinó que no había penal. La frustración de River se tradujo en infracciones constantes, reflejo de la impotencia ante la superioridad mostrada por Boca.
Este importante triunfo coloca a Boca con 26 puntos en el Torneo Clausura y un total de 59 en la tabla anual, asegurando así su ansiada clasificación a la fase de grupos de la Copa Libertadores 2026. Para River, la situación es más compleja. Con 52 puntos en la tabla anual, necesita imperiosamente ganar su próximo partido y esperar los resultados de Riestra y Argentinos para tener opciones de acceder al repechaje, o bien, coronarse campeón del Clausura para obtener un cupo directo al torneo continental.
La victoria en el Superclásico, con un Zeballos deslumbrante, no solo representa tres puntos valiosos, sino que también inyecta una dosis de confianza y optimismo en el equipo de la Ribera, que ahora se prepara para afrontar los desafíos venideros con la ilusión de llegar lejos en la Copa Libertadores.