La apacible costa de Monte Hermoso se encuentra en el epicentro de una controversia tras la reciente aprobación de una ordenanza que prohíbe la instalación de gazebos en la zona de baño durante la próxima temporada estival. La medida, impulsada por el Frente Justicialista, busca, según sus proponentes, mejorar la convivencia y la seguridad en uno de los balnearios más concurridos de la provincia.
La nueva normativa, aprobada por mayoría en el Concejo Deliberante, faculta al Departamento Ejecutivo a tomar las riendas en la implementación de una campaña informativa exhaustiva, la colocación de señalización clara y visible, y el establecimiento de un riguroso sistema de control para garantizar su cumplimiento. La ordenanza es tajante: cualquier gazebo que se encuentre instalado en contravención a la norma será inmediatamente removido, y sus propietarios se enfrentarán a sanciones económicas y multas que serán definidas en la reglamentación complementaria.
La prohibición ha generado un intenso debate entre los residentes y visitantes habituales de Monte Hermoso. Si bien algunos aplauden la medida, argumentando que los gazebos a menudo obstaculizan la visión, ocupan espacio valioso en la playa y dificultan el acceso al mar, otros la critican duramente, considerándola una restricción innecesaria a la libertad individual y al disfrute del espacio público.
El bloque de La Libertad Avanza, por ejemplo, se opuso a la ordenanza, argumentando que la solución a los problemas de convivencia en la playa no pasa por la prohibición, sino por una planificación y organización más eficientes del espacio. Según este bloque, el municipio debería haber buscado alternativas que permitieran el uso regulado de los gazebos, en lugar de optar por una prohibición total.
La ordenanza contempla algunas excepciones. Se permitirá la instalación temporal de gazebos por parte del municipio, instituciones públicas, organismos de emergencia o seguridad, siempre y cuando cuenten con una autorización expresa. Esta excepción busca garantizar que los servicios esenciales y las actividades oficiales puedan seguir desarrollándose en la playa sin verse afectadas por la prohibición.
La implementación de esta nueva normativa plantea interrogantes sobre cómo se llevará a cabo el control y la aplicación de las sanciones. El Departamento Ejecutivo deberá definir los protocolos de actuación para los inspectores municipales, así como los criterios para determinar las multas correspondientes. La efectividad de la ordenanza dependerá en gran medida de la capacidad del municipio para hacerla cumplir de manera justa y equitativa.
La prohibición de los gazebos en Monte Hermoso se suma a otras medidas similares implementadas en diferentes balnearios de la costa atlántica. La creciente preocupación por la congestión en las playas, la necesidad de garantizar la seguridad de los bañistas y la búsqueda de un equilibrio entre el disfrute individual y el respeto por el espacio público son factores que impulsan este tipo de regulaciones.
Mientras tanto, la polémica continúa en Monte Hermoso. Los defensores de la ordenanza esperan que la medida contribuya a mejorar la experiencia de los visitantes y a preservar la belleza natural de la playa. Los detractores, por su parte, temen que la prohibición termine afectando negativamente el atractivo turístico del balneario y limitando las opciones de recreación para las familias.
El tiempo dirá si la nueva ordenanza logra sus objetivos y si se convierte en un modelo a seguir para otros municipios costeros. Lo que es seguro es que la prohibición de los gazebos ha encendido un debate apasionado sobre el uso y la gestión del espacio público en las playas argentinas.