Mar del Plata está de luto. La comunidad cultural despide con profunda tristeza a Liliana Wolansky, una figura emblemática cuyo compromiso y pasión por el arte y el tejido social dejaron una huella imborrable en la ciudad. Su partida representa una pérdida irreparable para quienes valoran la cultura como motor de transformación y encuentro.
Liliana, conocida cariñosamente como Lili, fue mucho más que una activista cultural. Fue una fuerza vital, una impulsora incansable de proyectos que buscaban democratizar el acceso al arte y fortalecer los lazos comunitarios. Su nombre resonaba en cada iniciativa que promovía la creatividad, la expresión artística y la participación ciudadana.
A lo largo de su trayectoria, Lili se involucró en una amplia gama de actividades. Desde la organización de eventos culturales hasta la gestión de espacios dedicados a la difusión del arte local, su dedicación fue constante y su visión, inspiradora. Siempre atenta a las necesidades de la comunidad, supo tender puentes entre artistas, instituciones y vecinos, fomentando un diálogo enriquecedor y una colaboración fructífera.
Su compromiso trascendía las fronteras del ámbito cultural. Lili entendía que el arte es una herramienta poderosa para construir una sociedad más justa e inclusiva. Por eso, se involucró activamente en causas sociales, defendiendo los derechos de los más vulnerables y promoviendo la igualdad de oportunidades para todos.
La noticia de su fallecimiento ha generado una ola de conmoción y mensajes de condolencia en las redes sociales y en los círculos culturales de Mar del Plata. Artistas, gestores culturales, amigos y vecinos han expresado su pesar y han recordado con cariño su generosidad, su entusiasmo contagioso y su espíritu solidario.
Muchos la recuerdan por su capacidad para generar espacios de encuentro y diálogo, donde las ideas fluían libremente y se gestaban proyectos innovadores. Otros destacan su compromiso con la promoción del talento local, brindando oportunidades a artistas emergentes y apoyando iniciativas que valoraban la identidad marplatense.
Lili Wolansky deja un vacío difícil de llenar, pero su legado perdurará en el tiempo. Su pasión por la cultura, su compromiso con la comunidad y su espíritu solidario seguirán inspirando a quienes creen en el poder transformador del arte. Su ejemplo nos invita a continuar su labor, trabajando juntos para construir una sociedad más justa, inclusiva y creativa.
En este momento de dolor, la comunidad cultural de Mar del Plata se une para rendir homenaje a Liliana Wolansky, una mujer excepcional que dedicó su vida a enriquecer la vida de los demás. Su partida física no significa el fin de su influencia, sino el comienzo de una nueva etapa en la que su legado seguirá vivo en cada proyecto, en cada iniciativa y en cada persona que fue tocada por su generosidad y su pasión.
Descanse en paz, Lili. Tu luz seguirá brillando en Mar del Plata.