La ciudad fue escenario de un preocupante incidente donde un joven de tan solo 15 años fue aprehendido por las autoridades tras amenazar a otro adolescente, de 14 años, con una picana eléctrica para despojarlo de su teléfono celular. El arresto se produjo gracias a la rápida acción policial y a la crucial colaboración de la madre de la víctima, quien proporcionó la geolocalización del dispositivo robado.
El suceso desencadenó una rápida respuesta por parte de las fuerzas del orden. Tras recibir una llamada de emergencia al 911, efectivos del Comando de Patrullas se desplegaron en la zona, logrando interceptar al presunto agresor en la intersección de las calles Guido y Avellaneda. El robo había tenido lugar momentos antes en la esquina de Córdoba y Garay, sembrando el temor entre los transeúntes.
Durante el operativo, los oficiales lograron recuperar varios elementos clave para la investigación. Se incautó la bicicleta utilizada por el joven para cometer el delito, un morral que contenía el teléfono móvil sustraído a la víctima, tres teléfonos adicionales de procedencia aún desconocida, y la picana eléctrica que, según la denuncia, fue empleada para intimidar al joven de 14 años.
El caso recayó en manos del fiscal Carlos Russo, perteneciente al Fuero de Responsabilidad Penal Juvenil. El fiscal dispuso la imputación del menor por el delito de robo agravado, tipificado por haberse cometido en poblado y en banda, así como por el uso de arma. Ante la gravedad de los hechos, se ordenó el traslado del adolescente al Centro Especializado de Aprehensión (CEA) de Batán, donde permanecerá bajo custodia a la espera de las decisiones judiciales pertinentes.
Este incidente pone de manifiesto la creciente preocupación por la participación de menores en actos delictivos y la necesidad de implementar medidas preventivas y de rehabilitación que aborden las causas subyacentes de este fenómeno. La rápida respuesta de la policía y la colaboración ciudadana fueron fundamentales para la aprehensión del sospechoso y la recuperación de los objetos robados, demostrando la importancia de la denuncia y la coordinación entre las autoridades y la comunidad.
La investigación continúa en curso para determinar la identidad y el paradero de los tres cómplices que lograron escapar, así como para esclarecer la procedencia de los teléfonos móviles encontrados en posesión del detenido. Las autoridades han instado a la población a denunciar cualquier actividad sospechosa y a colaborar con la justicia para garantizar la seguridad y el bienestar de todos los ciudadanos.
Este suceso sirve como un recordatorio de la importancia de la educación en valores, el fortalecimiento de los lazos familiares y la promoción de oportunidades para los jóvenes, como herramientas fundamentales para prevenir la delincuencia juvenil y construir una sociedad más justa y segura.