Alvarado Busca Reinventarse Frente a Colegiales en el Minella: Un Nuevo Comienzo Vital
La paciencia se ha agotado. El Club Alvarado de Mar del Plata ha consumido su crédito inicial, dilapidándolo en una primera fase de la temporada que decepcionó profundamente, quizás la más floja desde su ascenso a la Primera Nacional. Las expectativas eran altas al inicio del año, pero el equipo se fue desinflando con el paso de las jornadas, marcado por dos cambios de director técnico y apenas dos victorias en un total de diecisiete encuentros disputados.
Ante este panorama desolador, el inicio de la segunda rueda del campeonato representa una oportunidad ineludible para un renacimiento. Alvarado necesita urgentemente cambiar su imagen, ofrecer un fútbol más convincente y, sobre todo, sumar de a tres para escapar de la peligrosa zona de descenso. El encuentro contra Colegiales, programado para las 15:30 en el emblemático estadio “José María Minella”, se presenta como un punto de inflexión.
Este partido marcará el debut de Marcelo Vázquez como entrenador de Alvarado en su propio territorio, tras una semana completa de trabajo intenso con el plantel. En su anterior compromiso frente a Los Andes, Vázquez implementó una estrategia pragmática, priorizando la solidez defensiva y minimizando riesgos en busca de sumar algún punto. Sin embargo, un penal convertido por Gorgerino al comienzo del segundo tiempo frustró sus planes y el equipo regresó a Mar del Plata con las manos vacías.
Para este crucial encuentro, Vázquez cuenta con la incorporación a la convocatoria de Facundo Ardiles, el único refuerzo que ha llegado al club hasta el momento. No obstante, el equipo sufrirá las ausencias de Joaquín Susvielles y Matías Bergara, dos piezas importantes en el esquema ofensivo. A pesar de estas bajas sensibles, el objetivo principal es claro: reencontrarse con la victoria y brindarle una alegría a su afición, que ha demostrado un apoyo incondicional, pero que también ha expresado su creciente descontento con los resultados obtenidos.
El desafío que enfrenta Alvarado es mayúsculo. No solo se trata de ganar un partido, sino de recuperar la confianza, reestablecer la identidad futbolística y transmitir una sensación de solidez y compromiso que se ha perdido en los últimos meses. La tarea de Marcelo Vázquez no será sencilla, pero cuenta con el respaldo de la dirigencia y la necesidad imperiosa de un cambio de rumbo que impulse al equipo hacia un futuro más prometedor.
El partido contra Colegiales es una prueba de fuego. Una victoria representaría un soplo de aire fresco y un impulso anímico vital para afrontar el resto de la temporada. Una derrota, en cambio, profundizaría la crisis y complicaría aún más las aspiraciones del club. La afición espera con ansias una reacción contundente de su equipo, un grito de rebeldía que marque el inicio de un nuevo capítulo en la historia de Alvarado.
En definitiva, el encuentro en el Minella no es solo un partido más. Es una oportunidad para redimirse, para demostrar que el equipo tiene la capacidad de superar las adversidades y para reafirmar el compromiso con una afición que sueña con ver a Alvarado nuevamente en lo más alto.