Bayaspirina ’91: Un Verano de Leyendas del Rock Argentino en Mar del Plata

El verano de 1991 quedó grabado a fuego en la memoria de los amantes del rock argentino. Mar del Plata se convirtió en el epicentro de un festival sin precedentes, un encuentro de titanes musicales que marcaría una época: el Bayaspirina ’91.

No se trató de un evento continuo, sino de tres sábados mágicos, cada uno protagonizado por figuras emblemáticas del rock nacional. Los nombres resonaban con fuerza: Charly García, Fito Páez, Soda Stereo y el inigualable Flaco Luis Alberto Spinetta. Como si fuera poco, la segunda fecha contaría con la presencia estelar del ícono internacional, Billy Idol.

El Patinódromo Municipal de Mar del Plata se transformó en un hervidero de emociones, congregando a miles de almas ávidas de música y energía. El festival, auspiciado por Bayaspirina, no solo fue un éxito de convocatoria, sino que reunió a los pilares fundamentales de la escena rockera argentina.

La primera noche, Fito Páez y Charly García desataron una tormenta de rock, presentando temas de sus respectivos álbumes y adelantando los sonidos que definirían la década. Páez, con su álbum ‘Tercer Mundo’, anticipó la explosión de ‘El amor después del amor’, mientras que Charly, acompañado por sus Enfermeros, ofreció un espectáculo caótico y vibrante, fiel a su estilo inconfundible.

La segunda fecha, el 17 de enero, fue el turno de Billy Idol, quien irrumpió en escena con su carisma y potencia arrolladora. Sin embargo, la ausencia de registros audiovisuales de su presentación la convierte en una joya efímera, un recuerdo atesorado solo por aquellos que tuvieron la fortuna de presenciarla.

El cierre del festival, el 24 de enero, estuvo a cargo del Flaco Spinetta y Soda Stereo. Spinetta, con su poesía y melodías inconfundibles, cautivó al público con temas de su repertorio, mientras que Soda Stereo, en pleno auge de su gira ‘Canción Animal’, demostró por qué se habían convertido en una de las bandas más importantes de Latinoamérica.

Según crónicas de la época, el Patinódromo Municipal se engalanó con un escenario móvil de dimensiones colosales y un sistema de sonido de 200 mil watts de potencia. Cada noche, más de diez mil personas se congregaron para vibrar al ritmo del rock argentino, creando una atmósfera de euforia y camaradería.

El Bayaspirina ’91 no fue solo un festival, sino un hito en la historia del rock argentino, un encuentro de leyendas que trascendió el tiempo y sigue vivo en la memoria de quienes lo vivieron y en el legado musical que dejaron sus protagonistas.