Un bodegón ubicado en la avenida Rafael Núñez 5500, en la zona norte de Córdoba, se ha convertido en víctima recurrente de la delincuencia. En la madrugada del miércoles, el establecimiento sufrió su décimo robo en tan solo diez meses desde su inauguración, una situación que ha generado frustración e impotencia en su propietario.
El incidente más reciente involucró a un ladrón que logró acceder al local tras romper un vidrio y forzar un ventiluz en el techo. La activación de la alarma alertó a las autoridades, quienes respondieron rápidamente al llamado. Tras una búsqueda exhaustiva que se extendió por más de diez minutos, los agentes de policía lograron dar con el delincuente, quien se encontraba escondido dentro de la chimenea del local. El individuo, aferrado a unos cables, portaba una mochila que contenía siete botellas de vino, presuntamente sustraídas del bodegón.
Ariel, el propietario del bodegón, expresó su frustración ante la prensa local. “Ya hace rato vengo diciendo que uno se va a acostar esperando que no suene el teléfono, pero otra vez la Policía me llamó para avisar que había alguien adentro del local”, lamentó, evidenciando la constante preocupación que vive ante la posibilidad de nuevos incidentes.
La situación ha generado un profundo sentimiento de impotencia y desánimo en Ariel. “Hay mucha impotencia, mucha bronca. Nos cuesta llegar a fin de mes, pero al menos esta vez lo atraparon. Igual, te van sacando todas las ganas y la esperanza de que esto cambie”, manifestó, reconociendo al mismo tiempo la eficiencia de la respuesta policial. El propietario describe el esfuerzo diario que implica mantener el negocio a flote, esfuerzo que se ve constantemente amenazado por estos actos delictivos.
La actitud del ladrón tras su detención exacerbó aún más la indignación de Ariel. Según relató, el delincuente “un poco más se nos reía en la cara. Dijo ‘ah, esta vez perdí, listo’”. Esta falta de arrepentimiento y la aparente indiferencia del ladrón ante el daño causado agudizaron la sensación de injusticia. “No solo que te roban y te hacen daño, sino que está esa impotencia. Algo tiene que cambiar”, sentenció Ariel, demandando un cambio en la situación de inseguridad que afecta a su negocio.
Este no es un incidente aislado. En diciembre del año pasado, apenas dos meses después de la apertura del bodegón, el local ya había sido blanco de dos robos. En una de esas ocasiones, los delincuentes llegaron al extremo de consumir los helados que se encontraban en el local, demostrando una audacia y descaro que han contribuido a la sensación de vulnerabilidad que experimenta el propietario.
La reiterada victimización de este bodegón pone de manifiesto la problemática de la inseguridad que afecta a numerosos comercios en la zona. La captura del ladrón en la chimenea, si bien representa un alivio momentáneo, no resuelve el problema de fondo. La comunidad espera que las autoridades tomen medidas efectivas para garantizar la seguridad de los comerciantes y vecinos, y evitar que situaciones como esta se repitan en el futuro.