La historia de Brian Fernández, talentoso delantero argentino, es un relato agridulce de potencial deslumbrante empañado por una lucha constante contra la adicción. Su reciente desaparición de los entrenamientos de Talleres de Remedios de Escalada, club al que se unió en mayo, ha vuelto a encender las alarmas y la preocupación en el mundo del fútbol.
Hace un mes que Fernández no se presenta a las prácticas del equipo, sumiendo en la incertidumbre su futuro y reabriendo viejas heridas. Este nuevo episodio se inscribe en un patrón recurrente que ha marcado su carrera, caracterizada por momentos de brillantez interrumpidos por recaídas y ausencias inexplicables.
Fernández, de 30 años, había encontrado en Talleres un nuevo espacio para demostrar su valía. Tras incorporarse al equipo, disputó cuatro partidos, dejando destellos de su calidad y anotando un gol frente a Almirante Brown, su exequipo. Sin embargo, una lesión lo marginó del campo de juego, y desde entonces, su presencia en los entrenamientos se volvió esporádica hasta desaparecer por completo.
La dirigencia del club ha intentado contactarlo sin éxito, reviviendo la frustración y la impotencia que han acompañado al jugador a lo largo de su trayectoria. Su primer tropiezo importante se produjo en 2016, cuando dio positivo en un control antidopaje mientras jugaba para Racing, lo que le valió una suspensión de 18 meses.
Tras cumplir la sanción, Fernández buscó relanzar su carrera, pasando por clubes como Sarmiento de Junín, en Francia, Chile y México. Su talento lo llevó a ser fichado por el Portland Timbers de Estados Unidos en 2019. Sin embargo, su estadía en la MLS fue breve. A pesar de ingresar a un programa de rehabilitación, su lucha contra la adicción persistió, y el club rescindió su contrato a los pocos meses.
De regreso en Argentina, Fernández se unió a Colón de Santa Fe, el club de sus amores. Pero su paso por el “Sabalero” fue fugaz. Tras jugar algunos partidos, dejó de asistir a los entrenamientos y fue internado en una clínica por su familia.
En 2021, tuvo un breve resurgimiento en Ferro Carril Oeste, donde fue clave para que el equipo llegara al Reducido. Sin embargo, una recaída lo marginó de la semifinal ante Quilmes. Entre 2022 y 2023, alternó partidos en Ferro y Deportivo Madryn, pero las ausencias y los problemas personales volvieron a aparecer. Incluso fue detenido por incidentes relacionados con el consumo de estupefacientes.
Su carrera continuó con un breve regreso a Colón y un paso por el Morelia de México, pero en ambos clubes volvió a tener problemas de asistencia y disciplina. En un intento por enderezar su camino, recaló en Almirante Brown, donde el entrenador Daniel Bazán Vera le brindó apoyo personal y lo acogió en su hogar. Parecía que Fernández había encontrado un equilibrio, disputando 27 partidos y marcando cinco goles. Sin embargo, la salida de Bazán Vera del club lo dejó nuevamente a la deriva, desembocando en su llegada a Talleres de Remedios de Escalada.
La historia de Brian Fernández es un recordatorio de los desafíos que enfrentan los deportistas de élite que luchan contra las adicciones. Su talento innegable y su potencial desperdiciado generan una profunda tristeza y una esperanza persistente de que pueda superar sus demonios y encontrar la estabilidad que tanto anhela. Su presente en Talleres es incierto, pero la comunidad futbolística argentina sigue atenta a su evolución, esperando que esta vez pueda escribir un capítulo diferente en su vida.