En un giro inesperado para el sector industrial argentino, Celulosa Argentina, un nombre sinónimo de la producción de papel en el país, ha anunciado su presentación en concurso preventivo de quiebra. La noticia, comunicada oficialmente a la Comisión Nacional de Valores (CNV), se produce tras la paralización de sus plantas ubicadas en Capitán Bermúdez y Zárate, generando incertidumbre sobre el futuro de la compañía y sus empleados.
La decisión, tomada por unanimidad durante una sesión de directorio celebrada el 29 de agosto de 2025, representa un punto de inflexión para la empresa, que enfrenta una tormenta perfecta de desafíos financieros, económicos y operativos. Un acta interna revela que la dirección, encabezada por el presidente Douglas Albrecht, analizó exhaustivamente el contexto económico “extremadamente adverso” que ha afectado a la compañía en los últimos meses.
Según el acta, varios factores contribuyeron al deterioro de la situación financiera de Celulosa Argentina. Entre ellos, se destaca un marcado descenso en las ventas, el aumento constante de los costos de producción y la disminución del poder adquisitivo de los consumidores. El ejercicio económico, que finalizó el 31 de mayo de 2025, se vio particularmente afectado por un entorno desfavorable para la industria en general, y para el sector papelero en particular. A diferencia de años anteriores, la disminución de la actividad y la demanda impactaron negativamente en los resultados de la empresa.
La magnitud de la crisis se refleja en las cifras presentadas por la compañía. Durante el último semestre, las ventas experimentaron una caída del 52% en comparación con el mismo período del año anterior. En el mercado interno, las ventas en toneladas disminuyeron un 32%. Ante esta situación, la empresa intentó compensar la pérdida a través de un aumento significativo del 104% en las exportaciones. Sin embargo, la rentabilidad de estas operaciones fue considerablemente inferior a la obtenida en el mercado doméstico, lo que no fue suficiente para revertir la tendencia negativa.
El aumento de los costos de operación, particularmente aquellos medidos en divisas extranjeras, exacerbó aún más la situación. La falta de demanda impidió que la empresa trasladara estos costos a los precios de venta. En cambio, Celulosa Argentina se vio obligada a reducir sus precios, lo que profundizó el deterioro de sus finanzas. Como resultado, la rentabilidad bruta y operativa cerraron el ejercicio 2025 en terreno negativo, con -17% y -31%, respectivamente, contrastando fuertemente con los valores positivos de 25% y 14% registrados en el ejercicio anterior.
La presentación en concurso preventivo de quiebra representa una estrategia crucial para Celulosa Argentina. Este proceso legal le permitirá renegociar sus deudas y buscar alternativas para reestructurar su negocio, con el objetivo de asegurar su viabilidad a largo plazo. La empresa se enfrenta ahora a un desafío complejo, que requerirá de una gestión eficiente y la colaboración de todos los actores involucrados, desde los directivos y empleados hasta los acreedores y el gobierno.
El futuro de Celulosa Argentina, una empresa con una larga trayectoria en la industria papelera argentina, pende de un hilo. La superación de esta crisis dependerá de la capacidad de la empresa para adaptarse a un entorno económico cambiante y encontrar soluciones innovadoras que le permitan recuperar su competitividad y rentabilidad.