Tras un breve respiro familiar en Europa, Eugenia “China” Suárez y Mauro Icardi regresaron a Argentina, instalándose en su residencia compartida en Nordelta. La pareja, buscando relajación tras su viaje, eligió el reconocido restaurante Fervor Brasas, en Recoleta, para disfrutar de una cena con amigos. Sin embargo, lo que prometía ser una velada tranquila se convirtió en un foco de controversia.
Según informes recientes, la presencia de Suárez e Icardi en el restaurante estuvo marcada por un pedido inusual y, para algunos, inaceptable. Yanina Latorre, panelista del programa “LAM”, reveló detalles del incidente, describiendo una situación que ha generado debate en las redes sociales y en los medios de comunicación.
La controversia gira en torno a la presunta solicitud de la pareja de cerrar al público el tercer piso del restaurante. De acuerdo con Latorre, los comensales que se encontraban en esa área fueron invitados a retirarse, permitiendo que Suárez, Icardi y sus acompañantes disfrutaran de una cena en completa privacidad. Este pedido, aparentemente concedido con la autorización de los dueños del establecimiento, ha desatado críticas y acusaciones de trato preferencial.
La justificación detrás de esta solicitud, según se especula, sería evitar la atención de las cámaras y garantizar un ambiente íntimo para la pareja y sus amigos. No obstante, la acción ha sido interpretada por muchos como una falta de respeto hacia los demás clientes del restaurante, generando indignación y comentarios negativos hacia Suárez e Icardi.
El incidente en Fervor Brasas ha reavivado el debate sobre la privacidad y el trato que reciben las celebridades en espacios públicos. Mientras algunos defienden su derecho a buscar intimidad, otros critican lo que consideran un privilegio injustificado a expensas de la comodidad y los derechos de los demás.