La reciente decisión del Gobierno nacional, formalizada mediante la resolución 764/2025, de cerrar el programa Procrear, ha generado inquietud y controversia en diversos sectores. Este programa, fundamental para el acceso a la vivienda, no solo beneficiaba a quienes aspiraban a tener un hogar propio a través de créditos subsidiados, sino que también impulsaba significativamente a industrias clave dentro de la economía local.
Uno de los sectores que ha manifestado su profunda preocupación es el de los arquitectos. Profesionales de la arquitectura han expresado su lamento ante la medida, advirtiendo sobre las graves consecuencias que este cierre podría acarrear tanto para su desarrollo profesional como para la economía de las comunidades.
Diego Domingorena, presidente del Colegio de Arquitectos de la provincia de Buenos Aires, distrito IV, compartió su perspectiva en diálogo con Extra (102.1). Destacó que durante los 12 años de vigencia del programa Procrear, se facilitó la ampliación, refacción o construcción de más de medio millón de viviendas. Los arquitectos, según Domingorena, jugaron un papel crucial en este proceso, brindando asistencia técnica a numerosos argentinos y marplatenses que lograron concretar el sueño de acceder a su primera vivienda.
Domingorena reconoció que, si bien el programa ya había experimentado una disminución en su impulso, seguía siendo operativo. Por lo tanto, su cierre abrupto podría tener repercusiones significativas en la ciudad. Argumentó que se trata de una pérdida para el círculo virtuoso de la industria, ya que Procrear también alimentaba a comercios, servicios, pequeñas ferreterías y corralones en los barrios de Mar del Plata, generando un importante movimiento económico a nivel local.
Mar del Plata, en particular, se destacó como una de las localidades con mayor número de beneficiarios del programa a nivel nacional. Esto, a su vez, impulsó la especialización de los arquitectos en proyectos relacionados con Procrear. Domingorena señaló que muchos profesionales jóvenes encontraron en este programa una oportunidad para desarrollar sus habilidades y creatividad. Incluso, se organizaron exposiciones de arquitectura para mostrar las obras innovadoras que surgieron gracias a Procrear. La necesidad de optimizar los recursos y adaptarse a los presupuestos disponibles llevó a los arquitectos a desplegar su ingenio, lo que resultó en proyectos de alta calidad. Por lo tanto, el cierre del programa implica que una parte considerable de la matrícula de arquitectos pierde una importante vía para su desarrollo profesional.
Además de las consecuencias para los profesionales de la arquitectura, surge la interrogante sobre el futuro de aquellos que se beneficiaban del programa para acceder a una vivienda. Sectores de clase media y baja se verán particularmente afectados, ya que no existe actualmente ninguna política pública que reemplace al Procrear. La ausencia de un programa similar deja a muchas familias sin la posibilidad de acceder a una vivienda propia.
Domingorena concluyó reflexionando sobre la importancia de la intervención estatal en la promoción de la vivienda. Afirmó que la proliferación de viviendas en las comunidades es un bien social que debe ser perseguido y que, sin la intervención del Estado, es imposible garantizar la sostenibilidad de los créditos hipotecarios y el acceso a la vivienda para los sectores más vulnerables.