La eliminación de Boca Juniors a manos de Atlético Tucumán en la Copa Argentina ha desatado una ola de descontento entre sus seguidores. La frustración, palpable en las redes sociales, se ha traducido en una convocatoria masiva: un banderazo frente a las puertas de La Bombonera para exigir la renuncia del presidente del club, Juan Román Riquelme.
La cita está fijada para las 19:00 horas en Brandsen 805, el emblemático estadio Xeneize. La iniciativa, nacida de manera espontánea en diversas plataformas digitales, busca expresar el hartazgo de una hinchada que ve cómo su equipo se hunde en una crisis deportiva e institucional sin precedentes.
El presente de Boca es sombrío. La ausencia en la Copa Libertadores, el torneo continental más prestigioso, se ha prolongado por segundo año consecutivo. Tras una decepcionante participación en la Copa Sudamericana 2024, donde cayeron en octavos de final, el golpe más reciente fue la derrota ante Alianza Lima de Perú en los playoffs de acceso a la fase de grupos de la Libertadores 2025. Un fracaso que caló hondo en el orgullo de los aficionados.
Pero la debacle no se limita al ámbito internacional. La salida del director técnico Fernando Gago tras el Superclásico ante River Plate, un clásico que siempre genera tensiones, no hizo más que agudizar la crisis. La llegada de Miguel Ángel Russo, un técnico con historia en el club, no ha logrado revertir la situación. Los resultados siguen siendo esquivos, y la eliminación temprana en la Copa Argentina ha sido la gota que colmó el vaso.
La situación deportiva se ha visto agravada por el desempeño en el Mundial de Clubes, donde Boca se despidió en la fase de grupos, incluyendo un empate ante un equipo amateur como Auckland City de Nueva Zelanda. En el torneo local, el Clausura, el equipo aún no ha logrado encontrar la senda del triunfo, sumiendo a la afición en un estado de desesperanza.
El banderazo, según se desprende de los mensajes que circulan en redes sociales, no solo apunta a Riquelme, sino también a todo su Consejo de Fútbol. Los hinchas consideran que la gestión actual es la responsable del declive deportivo y exigen un cambio radical en la conducción del club.
La convocatoria representa un punto de inflexión en la relación entre la dirigencia y la hinchada. La magnitud de la protesta y la respuesta de Riquelme a las demandas de los aficionados determinarán el futuro inmediato de Boca Juniors. La Bombonera, escenario de tantas gestas gloriosas, se prepara para ser testigo de un momento crucial en la historia del club.
El banderazo no es solo una protesta, sino un grito desesperado de una afición que anhela volver a ver a su equipo en la cima del fútbol sudamericano y mundial. La pasión y el compromiso de los hinchas de Boca son innegables, y ahora exigen que la dirigencia esté a la altura de la historia y la grandeza del club.