En un giro inesperado durante una inspección rutinaria, la policía descubrió dos vehículos Peugeot 205 en un taller mecánico, ambos reportados como robados y desprovistos de sus motores. El operativo, llevado a cabo por personal de la comisaría decimosexta, se centró en una serie de controles preventivos dirigidos a talleres en la ciudad.
La intervención policial tuvo lugar en el barrio Bosque Grande, específicamente en las cercanías de las calles Soler y Tetamanti. Fue allí donde los agentes, con el apoyo de efectivos de otras dependencias, localizaron los dos automóviles. Los vehículos, según los registros oficiales, contaban con una orden de secuestro activa, emitida tras denuncias de hurto fechadas el 2 de mayo y el 22 de junio respectivamente.
Las autoridades policiales revelaron detalles adicionales sobre el estado de los vehículos al momento del hallazgo. “Los dos rodados fueron sustraídos en jurisdicción de la comisaría segunda y les faltaba el motor, las ruedas y el tren delantero”, declararon fuentes oficiales consultadas. Esta descripción sugiere que los automóviles fueron no solo robados, sino también desmantelados, posiblemente para la venta de sus partes.
El hallazgo ha generado interrogantes sobre las actividades dentro del taller mecánico y el posible conocimiento de los responsables sobre el origen ilícito de los vehículos. Tras la identificación de los individuos a cargo del local, el fiscal Joaquín Morán, perteneciente a la Oficina contra el Delito de Propiedad Automotor, tomó cartas en el asunto.
El fiscal Morán dispuso la notificación de una causa por encubrimiento contra los responsables del taller. Esta figura legal se aplica a quienes, sin haber participado directamente en el delito original (en este caso, el hurto de los vehículos), ayudan a ocultar o encubrir a los autores o los efectos del mismo. Sin embargo, hasta el momento, no se han dictado medidas restrictivas de la libertad contra los implicados, lo que sugiere que la investigación aún está en curso y se están recabando pruebas para determinar el grado de participación y responsabilidad de cada uno.
Este incidente pone de manifiesto la importancia de los controles preventivos en talleres mecánicos, no solo para detectar vehículos robados, sino también para combatir el desmantelamiento ilegal de automóviles y el comercio de autopartes de origen dudoso. La colaboración entre las distintas dependencias policiales y la fiscalía es fundamental para desarticular este tipo de actividades delictivas y garantizar la seguridad de los ciudadanos.
La investigación continúa en curso, y se espera que en los próximos días se realicen nuevas diligencias para esclarecer por completo los hechos y determinar la responsabilidad de todos los implicados en este caso de encubrimiento de vehículos robados.