Un individuo de 25 años, aprehendido el pasado viernes por la Dirección Departamental de Investigaciones (DDI) tras ser sorprendido utilizando inhibidores de alarmas para perpetrar robos en vehículos estacionados en la concurrida zona comercial de Güemes, se ha negado a prestar declaración ante las autoridades judiciales. El sujeto, identificado como Franco Mariano Sabadia, permanecerá detenido en la Unidad Penal N°44 de Batán.
Sabadia enfrentó la imputación formal por los delitos de hurto agravado por el uso de llave o instrumento similar y hurto en grado de tentativa. Sin embargo, optó por no ofrecer su versión de los hechos al fiscal de Flagrancia, Facundo De la Canale, ejerciendo su derecho a guardar silencio.
A pesar de que la Justicia de Garantías convalidó la conversión de la aprehensión en detención, tal como lo solicitó el Ministerio Público Fiscal, la defensa de Sabadia, a cargo del abogado penalista Pedro Martín Casas, ha presentado una solicitud de excarcelación. Dicha solicitud deberá ser resuelta por el Juez de Garantías, Juan Tapia.
Según lo manifestado por el abogado defensor, la solicitud de excarcelación se fundamenta en la pena en expectativa que conllevan los delitos imputados, así como en la certificación de domicilio presentada por los padres del imputado, buscando demostrar arraigo y buena conducta.
El operativo que culminó con la detención de Sabadia se desencadenó cuando efectivos del Gabinete de Robos a Comercios de la DDI, durante un recorrido de rutina por la calle Rodríguez Peña, entre Olavarría y Güemes, observaron a dos individuos descender de un automóvil Renault Sandero y abordar un Ford Focus estacionado. Ante la sospecha de estar presenciando un acto ilícito, los agentes procedieron a dar la voz de alto, lo que provocó la fuga de los sospechosos.
Uno de los individuos logró escapar a bordo del Renault Sandero, intentando incluso atropellar a los agentes policiales en su huida. El otro sujeto, Franco Mariano Sabadia, fue reducido y detenido en el lugar. Posteriormente, el Renault Sandero fue encontrado abandonado en la intersección de las calles Quintana y Olavarría. En el interior del vehículo, los agentes hallaron un verdadero arsenal para la comisión de delitos: tres inhibidores de alarmas, dos teléfonos celulares, ocho juegos de llaves de diferentes vehículos, dos pares de guantes, cuatro destornilladores y tres cintas de papel, utilizadas comúnmente para envolver fajos de dinero.
Mientras se llevaban a cabo las diligencias correspondientes en el lugar de los hechos, un hombre se acercó a los agentes y denunció que, minutos antes, le habían inhibido la señal de su camioneta VW Amarok y le habían sustraído las llaves de su domicilio en la misma zona. Este incidente refuerza la hipótesis de que Sabadia y su cómplice prófugo se dedicaban a realizar robos utilizando inhibidores de alarmas en la zona de Güemes.
La investigación continúa en curso con el objetivo de identificar y aprehender al cómplice de Sabadia, así como para determinar la magnitud de sus actividades delictivas y la posible existencia de otras víctimas.