Una controversia pública ha estallado entre funcionarios de la Provincia de Buenos Aires y el gobierno nacional a raíz de la entrega de un angiógrafo, un equipo médico crucial, originalmente destinado al Hospital Materno Infantil (Hiemi) de Mar del Plata. El intercambio de acusaciones se ha desarrollado principalmente a través de redes sociales, evidenciando una tensa relación en materia de gestión de recursos sanitarios.
El conflicto se inició cuando Cecilia Loccisano, funcionaria a nivel nacional, criticó al Ministro de Salud de la Provincia de Buenos Aires, Nicolás Kreplak, por lo que consideró un acto de autopromoción. Loccisano acusó a Kreplak de utilizar un hospital público para fines políticos, filmándose y denigrando a la gestión nacional mientras mostraba un angiógrafo de última generación en el Hospital San Martín de La Plata. Según Loccisano, este equipo fue adquirido y pagado por el Ministerio de Salud de la Nación, y entregado al hospital provincial en enero de este año. En su publicación, Loccisano enfatizó que Kreplak estaba mostrando con orgullo algo que, en realidad, fue financiado por el gobierno nacional.
La respuesta de Kreplak no se hizo esperar. El ministro provincial refutó las afirmaciones de Loccisano, acusándola de faltar a la verdad. Kreplak argumentó que el angiógrafo en cuestión formaba parte de un lote de once equipos adquiridos por la gestión nacional anterior para la Provincia de Buenos Aires. Sin embargo, al asumir la nueva administración, solo se entregaron cinco de estos equipos, mientras que los seis restantes, destinados a hospitales clave como el Hospital Tetamanti de Mar del Plata, el Penna de Bahía Blanca, el Mariano y Luciano de la Vega de Moreno, el Eurnekian de Ezeiza y el San Felipe de San Nicolás, fueron retenidos o redirigidos.
Para respaldar sus declaraciones, Kreplak adjuntó documentación oficial que detalla las compras y licitaciones de equipos de alta tecnología realizadas en el marco del Proyecto de Respuesta Inmediata de Salud Pública, un programa implementado durante la pandemia de Covid-19 en 2021 y concretado en 2023. Esta documentación, según el ministro, prueba que los equipos estaban destinados a los hospitales mencionados y que la provincia había cumplido con los requisitos para su recepción.
El Ministerio de Salud de la Provincia de Buenos Aires ha afirmado que el programa nacional estaba prácticamente finalizado al momento del cambio de gestión. Sin embargo, la administración actual habría interrumpido su ejecución, modificando el destino de los equipos y frustrando la llegada de recursos esenciales a hospitales como el Tetamanti de Mar del Plata, que ya contaba con la infraestructura necesaria para albergar el angiógrafo. La provincia alega que las obras civiles para la instalación del equipo en el hospital marplatense estaban completamente terminadas, lo que agrava la situación y genera interrogantes sobre la justificación del cambio de destino del angiógrafo.
Esta disputa pública pone de manifiesto las tensiones existentes en la gestión de la salud pública entre la provincia y la nación. La controversia sobre el angiógrafo destinado al Hospital Materno Infantil de Mar del Plata es un ejemplo concreto de cómo las diferencias políticas y la falta de coordinación pueden afectar la disponibilidad de recursos médicos esenciales para la población. La situación genera preocupación en la comunidad de Mar del Plata, que esperaba contar con este equipo para mejorar la atención cardiovascular de pacientes pediátricos y adultos.
El debate continúa abierto, y se espera que en los próximos días se presenten más pruebas y argumentos por parte de ambas administraciones. La resolución de este conflicto es crucial para garantizar que los recursos sanitarios lleguen a donde más se necesitan y para evitar que las disputas políticas obstaculicen la mejora de la salud pública en la provincia de Buenos Aires.