El Cierre de Viejo Mundo Bodegón: Una Aventura Culinaria que Terminó en Infracción

La gastronomía, en su búsqueda constante de innovación y diferenciación, a veces se adentra en terrenos inexplorados. Tal fue el caso del restaurante Viejo Mundo Bodegón, ubicado en el barrio de La Paternal, Buenos Aires, que recientemente se vio envuelto en una controversia que culminó con su clausura. El motivo: la comercialización de carnes exóticas sin la habilitación correspondiente.

Antes de que las autoridades intervinieran, el restaurante se había hecho conocido por su propuesta audaz: ofrecer a sus comensales platos elaborados con animales poco comunes en la gastronomía tradicional argentina. A través de sus redes sociales, Viejo Mundo Bodegón promocionaba con entusiasmo sus escabeches de carpincho, ranas y, especialmente, yacaré, resaltando el “sabor auténtico” de estas preparaciones.

Una publicación en particular, fechada el 18 de junio, invitaba a los clientes a “animarse a probar algo distinto”, describiendo los escabeches como una “experiencia distinta, intensa y bien sabrosa”. El mensaje, acompañado de una fotografía de uno de sus platos, buscaba atraer a aquellos paladares aventureros que buscaban salir de la rutina culinaria.

Sin embargo, la aventura gastronómica de Viejo Mundo Bodegón llegó a su fin cuando la Unidad Fiscal Especializada en Materia Ambiental (Ufema) llevó a cabo un operativo en el local, ubicado en la avenida Warnes 2702. La inspección reveló la presencia de 365 kilos de carne de especies no aptas para el consumo, incluyendo carpincho, ciervo, yacaré y ranas. Lo más grave es que estos productos carecían de la documentación y el rotulado necesarios para garantizar su trazabilidad y seguridad alimentaria.

El fiscal Blas Matías Michienzi imputó al propietario del restaurante por infringir el Código Contravencional. El operativo contó con la participación de agentes de distintas reparticiones del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires (Gcba), la Policía Federal y la Justicia, evidenciando la seriedad con la que se tomó el caso.

Tras la clausura, el restaurante emitió un comunicado en sus redes sociales anunciando un cierre temporal “por reformas”, prometiendo una pronta reapertura. No obstante, el incidente ha generado un debate sobre los límites de la innovación gastronómica y la importancia de cumplir con las regulaciones sanitarias y ambientales.

Este caso pone de manifiesto la necesidad de un equilibrio entre la creatividad culinaria y la responsabilidad social. Si bien la búsqueda de nuevos sabores y experiencias es una parte fundamental de la evolución gastronómica, es crucial que los restaurantes se aseguren de que sus prácticas sean sostenibles, legales y seguras para los consumidores.

La comercialización de especies protegidas o la falta de control sanitario en la manipulación de alimentos pueden tener consecuencias graves para la salud pública y el medio ambiente. Por lo tanto, es fundamental que las autoridades continúen vigilando y sancionando a aquellos establecimientos que no cumplan con las normas establecidas.

En última instancia, el cierre de Viejo Mundo Bodegón sirve como una advertencia para aquellos que buscan innovar sin respetar los límites legales y éticos. La gastronomía debe ser una experiencia placentera y segura para todos, y eso implica un compromiso con la calidad, la transparencia y el respeto por el medio ambiente.